El suflé soberanista

Hoy si inicia el debate de investidura de Artur Mas. A priori lo más interesante será conocer la hoja de ruta del PSC, PP, ICV y la CUP. El resto ya lo conocemos. El pacto soberanista de CiU con ERC posibilitará la investidura, pero no la gobernabilidad.

Ideológicamente ambos partidos están en las antípodas. El ya famoso pacto es un acuerdo envenenado. Es decir, se plantea la posibilidad de hacer un referéndum siempre que el contexto socioeconómico y político no requiera una prórroga. Dicho de otra manera, no asegura que se haga y lo único que ha conseguido Mas es una cierta estabilidad para los próximos dos años. Esta estará marcada no sólo por las decisiones políticas, sino también por las investigaciones sobre corrupción.

En política dos años es mucho tiempo y pueden ocurrir muchas cosas. Ambos interlocutores saben que las presiones internas y externas pueden dar al traste con el pacto.

Es muy probable que ERC decida romperlo porque no esté de acuerdo con algunas medidas o para no hundirse con el barco. Es más, las bases de la formación tendrán mucho que decir y Junqueras lo sabe.

El futuro de la actual legislatura sigue abierto. Con toda probabilidad empezará con ERC y terminará con otro aliado o anticipando las elecciones nuevamente. Se puede trabajar por el referéndum, pero esto no significa que se realice. La realidad del día a día es una fiel compañera para deshinchar el suflé soberanista y regresar a la normalidad democrática. De momento, Mas le ha ganado el pulso a ERC a sabiendas que perderá su ficticio mesianismo soberanista.