Buenos Aires

El viaje del Papa Francisco a Río de Janeiro

La Razón
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El Papa Francisco presidirá esta semana los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Será el primer viaje internacional de su pontificado, y los actos se desarrollarán en Río de Janeiro (Brasil) desde mañana lunes hasta el próximo domingo.

Además de presidir los actos principales de la JMJ, este viaje es también el primero que realiza el Santo Padre al mundo latinoamericano, su continente. En este sentido, es muy significativo que el Papa haya querido dedicar todo un día –el miércoles 24 de julio– a visitar el santuario de la Inmaculada Concepción de Aparecida, patrona del Brasil. Este gesto expresa la gran devoción del Papa Francisco a la Virgen María, manifestada en muchos gestos desde los mismos días posteriores a su elección, y también la dimensión de este viaje para todo el mundo latinoamericano.

La visita a Aparecida le suscitará sin duda muchos recuerdos personales, ya que allí se reunió el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en su última asamblea, y el que entonces era el arzobispo de Buenos Aires tuvo un destacado papel en la preparación del llamado "Documento de Aparecida", que indica las prioridades de la Iglesia católica en América del Sur y el Caribe en los comienzos del siglo XXI.

La presencia del Papa Francisco en un país emergente, de gran influencia en todo el continente sudamericano, es también una oportunidad para que el nuevo Papa dé a conocer su pensamiento sobre la situación de aquellas sociedades y sobre la misión de las comunidades católicas. Responden, sin duda, a esta preocupación los encuentros del Papa con los dirigentes de Brasil en el Teatro Municipal de Río –por lo tanto, en un especio cívico– y el encuentro con los cardenales y obispos del país y de toda la región en el Centro de Estudios Sumaré, también en Río. Es muy previsible que este viaje ofrezca indicaciones valiosas sobre las orientaciones del nuevo Papa tanto para América Latina como para toda la Iglesia católica.

Los actos del programa papal con los jóvenes también tienen un marcado sentido social y evangelizador. El sentido evangelizador está muy presente en el lema de la JMJ, que son las últimas palabras de Jesús a los Apóstoles según el Evangelio de San Mateo: «Id a todos los pueblos y hacedlos discípulos míos». Benedicto XVI, que sin duda rezará desde su retiro del Vaticano por los frutos del viaje de su sucesor de cara a los jóvenes, en su mensaje de convocatoria de esta JMJ ya los animaba a hacerse testigos de Cristo y construir un mundo mejor que el de sus padres. Tendré el gozo de participar en esta Jornada de Río y de realizar las catequesis que se dan los tres días previos al encuentro con el Papa.

Habrá que seguir atentamente los hechos y las palabras del Papa durante los próximos días. Los jóvenes cristianos de las diócesis catalanas –el viaje a Río, en las actuales circunstancias, no ha sido posible para muchos- se reunirán en un encuentro interdiocesano en Llinars del Vallès, en sintonía con los acontecimientos de la Jornada Mundial de la Juventud