ERC aplaza la ruptura para las «próximas generaciones»

Tardà defiende que ahora hay que «parar» para acumular fuerza e implementar la república.

Tras muchos días prometiendo que durante la próxima legislatura se iniciará la construcción de la república proclamada el pasado 27 de octubre en el Parlament y amagando con regresar a planteamientos unilaterales, ERC arrojó ayer concreciones sobre cómo será el camino que pretende recorrer a partir del 22 de diciembre. De ello se encargó principalmente el portavoz de los republicanos en el Congreso, Joan Tardà, que apostó por postergar la materialización de la independencia de Cataluña y dejarla para las «próximas generaciones». Para el dirigente de Esquerra, ahora es necesario «pararse» para afrontar la segunda fase con mayor músculo.

Tardà consideró que el momento actual requiere de «realismo político» y enterrar los «dogmatismos y sectarismos», en alusión a la CUP, que en las últimos horas ha dirigido invectivas contra ERC y JxCat por flirtear con vías de «diálogo», en lugar de escoger la senda de la unilateralidad. Para alcanzar este camino, el líder republicano aseguró que es preciso centrarse en implementar «políticas sociales y progresistas» que permitan «acumular fuerza» para «desobedecer al Estado». «Hay que ser maduros, conscientes de que hemos llegado muy lejos, ninguno de nosotros había previsto llegar a donde estamos», aseveró y abogó por un papel central de ERC en el porvenir para «seguir conquistando escenarios nuevos».

En esa misma línea discurrió el discurso del número 3 de la lista el 21-D, Raúl Romeva, que desembarcó en el centro cultural de Valls (Tarragona), donde ERC celebró su acto de campaña, dos días después de salir de prisión. Romeva, que explicó sus penurias tras 32 jornadas encarcelado, afirmó que más allá de la determinación, a partir del 22-D es conveniente demostrar que hay capacidad para «gobernar». «Hay gente que sufre injusticias, que no llega a final de mes», aseguró, poniendo así el acento en el ámbito social, y apeló a ir a votar el 21-D para «ganar la libertad» y hacer frente a un «régimen indigno e ignominioso». Para el ex conseller de Exteriores, la voluntad por la independencia «no va de dinero ni banderas», sino de «memoria y dignidad». En este sentido, recordó las miles de víctimas de la Guerra Civil que siguen enterradas en las cunetas.

Para dar contenido a este proyecto «postprocés» y «autonomista», se encargó la concejala en Reus de ERC, Noemí Llauradó, que aseguró que en la próxima legislatura su partido pretende poner su impronta en forma de políticas sociales, como desplegar la Renta Garantizada, incrementar el salario mínimo profesional hasta los 1.000 euros o impulsar la Ley de reforma horaria que permita conciliar la vida familiar y laboral. También tuvo margen para lamentaciones y, de paso, desdecir a Romeva –que aseguró que la ruptura no iba de dinero–, ya que volvió a los célebres 16.000 millones de euros de déficit fiscal que siempre ha reivindicado el separatismo, y aseguró que con ese importe se podría duplicar las inversiones en educación o sanidad.

Por su parte, el ex delegado del Govern en Tarragona, Òscar Peris, reivindicó la obra de gobierno de ERC en el pasado mandato. Así, subrayó algunos logros en las carteras que lideró su partido, como el desarrollo de la Agencia Tributaria Catalana, la reducción de 52a 30 días el tiempo que se tarda en pagar a proveedores, o que en Tarragona, cuando llegó a su cargo, había 650.000 parados, y ahora ha disminuido a los 415.000.

Finalmente, también intervino Núria Picas, la célebre corredora de Ultra Trail, que plantó una estelada a su llegada al Mont Blanc, y que va en la lista de ERC.