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Gala también fue una artista

El Museu Nacional d'Art de Catalunya dedica una gran exposición a la esposa y musa de Dalí

La exposición contiene varios de los muchos retratos que Dalí dedicó a su musa y esposa. Foto: EFE
La exposición contiene varios de los muchos retratos que Dalí dedicó a su musa y esposa. Foto: EFElarazon

El Museu Nacional d'Art de Catalunya dedica una gran exposición a la esposa y musa de Dalí.

¿Cómo hacer una exposición de una artista que no ha dejado obra alguna? Esa es una de las preguntas que trata de responder la exposición que ahora abre sus puertas en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (Mnac), una de las más esperadas de la temporada. En este espacio de Montjuïc la protagonista es una mujer que sigue siendo un gran enigma, pese a que su imagen es mundialmente conocida gracias al talento de Salvador Dalí, su segundo marido, que la convirtió en protagonista de no pocos cuadros.

Helena Dmitrievna Diakonova, más conocida como Gala, toma el protagonismo en una muestra comisariada por Estrella de Diego, un recorrido amable y fragmentario por una vida ciertamente compleja. La comisaria ha optado por mostrarnos una Gala que fue algo más que inspiradora de Paul Éluard, su primer marido; Max Ernst, su amante, y Dalí. Con el castillo de Púbol como excusa, el hogar escondido en el Empordà que le regaló el pintor de Figueres, el Mnac nos propone un paseo que comienza en el final, en esta fortaleza, para ir atrás en el tiempo y llegar hasta el París de las vanguardias donde la joven recién llegada de Rusia se instala.

El recorrido se abre con el castillo de Púbol, la habitación propia de Gala, como arranque, con algunos de los diseños que Dalí ideó para ella, siguiendo los consejos de su esposa. De esta manera podemos ver bocetos de lo que después acabaría ser la decoración de los techos del edificio o la singular piscina de la casa medieval. Todo ello se complementa con algunas de las cartas que Gala escribió a Emili Puignau, el encargado de hacer viables algunos de las más arriesgadas y avanzadas propuestas del genio ampurdanés. El resultado de ese trabajo se traduce también en el mobiliario de Púbol, con los más curiosos objetos entre lo surrealista y lo kitch, como un juego de menaje con «El Angelus» de Millet como tema.

En el Mnac también podemos contemplar parte del vestuario de la artista y musa, entre ellos las colaboraciones entre Dalí y Elsa Schiaparelli, como el célebre sombrero-zapato, además de blusas, abrigos y faldas originasles de Christian Dior.

La exposición contiene un total de 315 pinturas, dibujos, fotografías y documentos relacionados con Gala, incluidas las hojas manuscritas de su proyecto autobiográfico. En este sentido se reúnen algunas obras maestras dalinianas, como «La Madonna de Port Lligat» con Gala convertida en Virgen María; «Retrato de Gala con dos costillas de cordero en equilibrio sobre su hombro», una de esas composiciones en las que Dalí demuestra su maestría como miniaturista basándose en una fotografía en la que él aparece con su musa; o «Dalí de espaldas pintando a Gala vista de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis espejos verdaderos», una de las obras estereoscópicas en la que se vislumbra el deseo del pintor por buscar la tercera dimensión; o «Gala Placidia. Galatea de las esferas», un cuadro deudor de la fascinación daliniana por las explosiones.

Igualmente tampoco faltan en el Mnac ejemplares de la biblioteca personal de Gala, libros dedicados por Paul Éluard, André Breton, René Char o René Crevel, además del propio Dalí, todos rindiendo homenaje a ella, a la artista que no dejó obra.

Según comentó ayer Estrella de Diego, «los cuadros de Max Ernst, las fotos de Man Ray y Cecil Beaton y, sobre todo, las obras de Dalí que se presentan en el Mnac son mucho más que retratos, conforman un recorrido autobiográfico a través del cual Gala creó su imagen».

Pero lo que no encontraremos en el Mnac son documentos u obras de la otra Gala, de aquella que en los años 60 y 70 también se paseaba por Nueva York, París, Púbol o los casinos de Montecarlo acompañada de jóvenes amistades, alguno de ellos amante. Es decir, no hay referencia a aquella Gala que también tenía parejas como William Rothlein, Jeff Fenholt o Michel Pastore, además de algún otro nombre que no ha salido a la luz. La misma Gala que fue, de alguna manera, responsable del ocaso de su célebre marido pactando con oscuros marchantes. Puede que lo mejor sea olvidarlos y quedarse con la musa.