Gordó defiende una Convergència abierta a los no independentistas

El aspirante a secretario general de CDC considera que el partido «no debe encorsetarse» y debe tener la ambición de integrar a socialdemócratas, liberales y democristianos

Germà Gordó (La Pobla de Segur, Lleida, 1963) todavía no ha formalizado su intención de convertirse en secretario general de Convergència en el congreso que el partido soberanista celebrará entre el 3 y el 5 de junio. Sin embargo, las intenciones de Gordó son inequívocas, ya que el ex conseller de Justicia y ex gerente de CDC sí que ha comenzado a preparar el terreno. Con actos internos y con entrevistas como la que concedió ayer a Efe, donde defendió una Convergència que se defina «como un partido soberanista en el que también tengan cabida los no independentistas».

Gordó se caracterizó en el Govern de Artur Mas como una de las pocas voces que defendió no acelerar más de la cuenta el proceso independentista y que incluso descartó la celebración de una consulta sin acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat.

No obstante, el ex conseller aseguró que su planteamiento no consiste en «recular» respecto al proyecto independentista aunque considera que es crucial no cerrar las puertas a aquellos que no desean secesión. «Esto no está reñido con el hecho de que CDC, de manera mayoritaria, haya decidido que quiere la creación de un Estado. Pero si queremos un partido abierto no nos podemos encorsetar definiéndonos como un partido independentista, hemos de ir más allá»

Según Gordó, la refundación de Convergència debería servir para que el partido nacionalista recupere su antigua condición de «pal de paller», la denominación que se dio a la CDC hegemónica. «Debemos ser un partido de centro amplio, donde quepan todas las familias: socialdemócratas, democristianos, social-liberales y liberales», dijo.

Respecto al nombre de Convergència, uno de los asuntos que está debatiendo la militancia del partido en el marco de un proceso interno llamado «Torn obert», Gordó se alineó con el 35 por ciento de los afiliados que desea mantener la identidad. «Es la marca con que se identifica una mayoría de militantes y buena parte del electorado», afirmó el ex conseller que, no obstante, se abrió a complementarla con nuevos objetivos.

Por otra parte, el dirigente de CDC apostó por «cambios en la estructura» como la elección a través de primarias de «los principales cargos del partido y los candidatos a los principales cargos institucionales electivos». Defendió, asimismo, la «limitación de mandatos, en el partido y en las instituciones», lo cual «puede afectar a gente mayor y a gente joven que lleva muchos años de diputado o concejal».

Propuso, además, un «régimen de incompatibilidades» que tenga en cuenta que «hay cargos del partido que son suficientemente importantes como para requerir dedicaciones casi exclusivas». «Si continuase la figura del secretario general, no debería ser compatible con ser miembro del gobierno catalán, ya sea el presidente o los directores generales, o con ser presidente de un grupo parlamentario o alcalde de un municipio de más de 100.000 habitantes», consideró.

Sobre este último punto el consenso es bastante amplio entre los dirigentes de CDC, que optarán por una bicefalia como la que ha practicado históricamente el PNV, con dos hombre fuertes (el lehendakari y el líder del partido).