La CUP da esperanzas a Puigdemont

Hace cinco días, cuando la reunión entre el Govern de Junts pel Sí y la CUP para desbloquear los presupuestos fracasaba, el socialista Miquel Iceta quiso recordar que «en política catalana, hemos visto giros y contorsiones que en el último minuto han salvado la partida hasta la siguiente pantalla». La pirueta más sorprendente fue la que protagonizó Artur Mas en Navidad, cuando a 48 horas de acabar el plazo para investir presidente de la Generalitat y evitar repetir elecciones, dio un paso hacia un lado y nombró a Carles Puigdemont su sucesor. Su sacrificio era parte del acuerdo de estabilidad parlamentaria que el Govern de JxSí firmó con la CUP.

Antonio Baños, que había sido cabeza de cartel de la CUP el 27-S, abandonó entonces la formación por discrepancias. Ayer, en un artículo en el digital mon.cat reprochaba a sus ex compañeros que «los acuerdos en un mundo adulto se tienen que cumplir» y que «la contrapartida de fondo a la cabeza de Mas era la aprobación de los presupuestos». CDC siempre lo ha entendido de esta manera, pero la CUP no. Aún y así, a 72 horas de votarse las enmiendas a la totalidad de los presupuestos, los anticapitalistas han ejecutado una cabriola, como de las que alertaba Iceta, que dan esperanzas al Govern de Puigdemont y Oriol Junqueras.

La CUP ha convocado para mañana, la víspera del pleno de los presupuestos, una reunión extraordinaria del Consejo Político (CP) y el Grupo de Acción Parlamentaria (GAP), los mismos que hace una semana aprobaron la enmienda a la totalidad.

La reunión del Secretariado Nacional de la CUP decidió el pasado jueves, tras rechazar la batería de medidas que Junqueras propuso a los anticapitalistas para salvar las cuentas, que no convocaría estos dos organismos para valorar un cambio de postura. Pero resulta que pusieron una excepción, a no ser que lo pidiera un mínimo de tres asambleas territoriales. Como avanzó el diario Ara, ayer tres asambleas forzaron la convocatoria del CP y el GAP.

Antes de esta reunión, las bases locales, que se habían posicionado en contra de los presupuestos, volverán a decir la suya. La diputada de la CUP, Anna Gabriel, que intervino en las reuniones con Puigdemont y Junqueras para desbloquear las cuentas, se había mostrado inamovible con la idea de retirar la enmiend a la totalidad, pese a que el Govern incorporó algunas de sus peticiones como incluir tributos suspendidos por el Tribunal Constitucional o medidas fiscales para revertir los recortes y las privatizaciones.

La CUP, como en Navidad, anda dividida entre el sector que prioriza la independencia y el que quiere deshacerse de CDC y forjar otro gobierno de izquierdas, ahora que el tándem Colau-Iglesias coge fuerza en Cataluña. «¿Por qué la CUP facilitó las cuentas a Colau con quien no tenía ningún acuerdo firmado y da la espalda al Govern?», se preguntan en CDC.

Las dudas de la CUP provocaron la reacción airada de Convergència. Artur Mas les instó ayer a demostrar que son más de fiar que el PP, después de que Mariano Rajoy asegurara en un acto en Barcelona que es más leal que la CUP. El ex president emplazó a los anticapitalistas a hacer honor a los valores de Cataluña, esto es «cumplir con la palabra dada».

Más comprensible se muestra Junqueras que recuerda a la CUP que su bloqueo no castiga al Govern, sino a la gente. No aprobarlos implica renunciar a 1.100 millones. El conseller de Economía admite que en la negociación con la CUP se habla más de divergencias en la aplicación de la hoja de ruta que de números. Y rechaza la oferta de PP, C’s o CSQP para aprobar las cuentas porque no va a renunciar a la independencia.

CDC marca distancias con la CUP

Convergència presentó ayer en la plaza del Rei, desde donde un día se dirigió la Cataluña soberana, según quiso recordar Artur Mas, a su candidatura al 26-J. La lideran Francesc Homs, que se presenta al Congreso, y Miquel Calçada, al Senado. El debate de los presupuestos, en el que CDC ha tomado una actitud muy combativa con la CUP, en un intento de distanciarse, protagonizó los discursos. El más duro fue Homs. «¿Alguien cree que con estos –de la CUP– podemos ir a un país independiente?», cuestionó