La CUP quiere forzar a JxSí a ratificar la declaración rupturista y a desoír al TC

Existen dudas fundadas acerca de si Junts pel Sí y la CUP comparten verdaderamente la misma estrategia para la consecución de la Cataluña independiente. Su presunta discrepancia podría ponerse en evidencia en el próximo pleno del Parlament (6-7 de abril), momento en que deberá debatirse una moción de la CUP en la que se insta a ratificar la declaración rupturista. El Tribunal Constitucional (TC) anuló esta declaración y la CUP reclama que se solemnice la desobediencia a esta sentencia judicial.

Los anticapitalistas registraron este viernes una moción, que pondrá a prueba la solidez de la alianza entre Junts pel Sí y la CUP, así como la predisposición de la coalición de gobierno para abrazar la desobediencia. Tras la anulación del TC, el Govern aseguró que la declaración rupturista conservaba su valor político con independencia de su eficacia jurídica. Dirigentes de CDC explicaron en su momento que aquella iniciativa parlamentaria se planteó como un gesto hacia la CUP para facilitar la investidura de Artur Mas, aunque luego se comprobó que el esfuerzo había sido completamente inútil.

La declaración del 9 de noviembre declaraba «el inicio del proceso de creación del estado catalán independiente en forma de república» y subrayaba que las decisiones del Parlament no se supeditarían «a las instituciones del Estado español, en particular al TC», al que consideró «deslegitimado y sin competencia».

La moción de la CUP reclama subrayar la vigencia de esta declaración «y en cumplimiento de la misma no atender el contenido» de la sentencia del TC que la anuló. Insta al Govern, asimismo, a «desatender los requerimientos de la Audiencia Nacional relativos al proceso de desconexión democrática del Estado español» y reclama, en consecuencia, que «el cuerpo de Mossos no los ejecute como policía judicial».

La formación anticapitalista está, por tanto, decidida a que su perfil ideológico no se desnaturalice debido a su alianza con Junts pel Sí. Falta por ver, sin embargo, si la coalición de CDC y ERC es capaz de diluir el contenido de esta moción, ya que hay varias semanas para transaccionarla y rebajar su perfil.

Con la moción registrada en la Cámara catalana, la CUP también busca que el Govern concrete un plan de ejecución para hacer frente a fenómenos como la pobreza energética y para poner en marcha un paquete de medidas en relación con la educación y la sanidad, así como un plan de choque social, al margen de que el TC haya dictaminado en contra del conjunto de la resolución.

El origen de la moción es una interpelación de la CUP al Govern en la que la portavoz del Ejecutivo, Neus Munté, admitió que en la ruta hacia la independencia se siente un relativo vértigo, pero afirmó que la Generalitat no recularía en este proyecto: «No nos temblarán las piernas».

El diputado de la CUP Joan Garriga «Nana» reclamó al Govern que se tome en serio el plan rupturista: «Nos tenemos que creer que este Parlament es soberano y que puede iniciar las leyes políticas que repercuten en el día a día de la gente».