Política

El desafío independentista

La mayoría separatista se tambalea tras el rechazo de JxCat a acatar a Llarena

La plataforma de Puigdemont se niega a sustituir a sus diputados suspendidos en el Parlament

El Pleno del Parlament ayer durante el Debate de Política General/ Efe
El Pleno del Parlament ayer durante el Debate de Política General/ Efelarazon

La mayoría independentista en el Parlament vuelve a correr peligro. JxCat rechazó de nuevo ayer designar a diputados sustitutos para Carles Puigdemont, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sánchez, los cuatro parlamentarios que han sido suspendidos temporalmente por el juez Llarena.

La mayoría independentista en el Parlament vuelve a correr peligro. JxCat rechazó de nuevo ayer designar a diputados sustitutos para Carles Puigdemont, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sánchez, los cuatro parlamentarios que han sido suspendidos temporalmente por el juez Llarena. De mantenerse así, los letrados del Parlament ya han advertido que no contabilizarán los votos de estos diputados, ya que la intención de JxCat pasa por que sigan delegando su voto como hasta ahora. ERC, sin embargo, ya presentó ayer un escrito a la Mesa del Parlament para notificar que Sergi Sabrià se hará cargo de las funciones de Oriol Junqueras y Raül Romeva.

El nuevo encontronazo llega a las puertas de la votación de las resoluciones del Debate de Política General, entre las cuales hay una pactada entre ambos partidos que insta al Govern a negociar con el Gobierno un referéndum acordado sin fijar plazos. Si JxCat se mantiene en sus trece y a lo largo de esta mañana no plantea sustitutos, el independentismo perdería la mayoría parlamentaria: pasaría de ostentar 70 diputados (incluyendo los cuatro de la CUP) a 66 –la mayoría son 68 escaños–. Lo cierto es que con estas diferencias, el horizonte político del separatismo vuelve a enturbiarse y a dejar en evidencia la disparidad de estrategias entre JxCat y ERC: los primeros muestran de nuevo su versión maximalista presionados por la agitación de la calle tras unos meses de contención, mientras que los segundos se mantienen con una actitud prudente y responsable para evitar nuevos litigios judiciales. Y es que la acción de la Justicia vuelve a sobrevolar el Parlament, ya que C's ha anunciado una querella contra la Mesa del Parlament por «desobediencia», después de que el órgano rector no aplicara el auto de Llarena automáticamente y lo derivara a una votación.

La votación, sin embargo, tenía como objetivo rechazar la suspensión de los diputados pero precisaba que mientras se mantuvieran en las circunstancias judiciales actuales serían sustituidos por otros miembros del mismo grupo parlamentario. Es decir, a efectos prácticos se estaba acatando el auto del juez Llarena, más si cabe, después de que todos los diputados tengan cancelada cualquier retribución desde el pasado 13 de julio. Si bien, la propia votación ha desatado el nuevo desacuerdo: para JxCat se plasmaba que el Pleno rechazaba la suspensión de los diputados, mientras que para ERC suponía reconocer que ante la situación jurídica de los procesados, había que sustituirles.

De esta manera, en el Pleno de hoy, si no hay un cambio de última hora durante la Mesa del Parlament que tendrá lugar a primera hora, los independentistas tendrán grandes dificultades para sacar adelante las propuestas de resolución que han acordado. Este desencuentro llega, además, en un contexto en que la CUP ya ha dado por descartado respaldar al Govern y Torra deberá acudir a los «comunes» como tabla de salvación para los presupuestos. Con el partido de Colau, sumarían 70 escaños –JxCat, 30 (sin los diputados suspendidos) y ERC, 32–. En cualquier caso, el desafío de JxCat tiene mínimo recorrido, ya que los letrados del Parlament ya han advertido que no contabilizarán sus votos y considerarán nulo cualquier iniciativa respaldada con esos cuatro votos.