Cárcel
La Modelo, un traslado sin fecha
La historia de la cárcel Modelo, situada en el distrito del Eixample de Barcelona, es una secuencia inerminable de retrasos y despropósitos. La conselleria de Justicia, tanto en los respectivos gobiernos de CiU como con el tripartito, lleva muchos años planeando la remodelación del sistema penitenciario catalán al completo, aunque la crisis económica y la correspondiente falta de recursos lo han paralizado todo.
Los problemas son múltiples. Son, entre otros, la falta actual recursos económicos de la conselleria en concreto y de la Generalitat en general y los rifirrafes que se arrastran desde hace años entre el Consistorio y el Govern, pese a que ahora la situación más o menos se ha calmado, al estar ambas gobernadas por el mismo partido. Sin embargo, las complicaciones en el traslado vienen de muy lejos.
Cárcel masificada
La prisión fue construida en 1904 y casi siempre ha estado masificada. La remodelación que teóricamente planea el departamento que lidera ahora Germà Gordó incluye el traslado de la Modelo a la Zona Franca de Barcelona, pero ni la conselleria se atreve a poner fecha a esta operación. Las instalaciones están obsoletas, masificadas y anticuadas.
El nuevo centro de la Zona Franca teóricamente tenía que estar listo el año pasado, junto a la nueva cárcel de Figueres, pero la conselleria admite que la falta de recursos económicos lo ha paralizado todo y no hay ninguna fecha prevista para el cierre de la Modelo. Una clausura que, por increíble que parezca, ya estaba prevista a finales de los años 70.
En varias ocasiones la actual conselleria de Justicia ha reiterado su intención de cerrar este famoso y esperado traslado en esta legislatura, pero las mismas fuentes admiten ahora mismo que esto no es posible en este momento. No hay dinero en 2013 para este movimiento ni parece que lo vaya a haber en los próximos años.
E incluso existen más problemas relacionados con este polémico centro penitenciario. Uno es que a finales de abril de este año el Consejo de Europa denunció graves irregularidades vinculadas a esta cárcel. La peor era una que ya había sido denunciada anteriormente por los funcionarios de la Modelo, que es la presencia de cucarachas. El informe de este organismo denunció que las celdas «están infestadas de este insecto».
Celdas superpobladas
Además, la cárcel esta más que masificada. No es un problema nuevo, se arrastra desde finales de la década de los años 70, y actualmente es tan grave como hace 30 años. Según este citado informe, conviven hasta seis reclusos en diez metros cuadrados. Tampoco es ninguna novedad, teniendo en cuenta que un funcionario de este centro denunció hace años a este diario esta misma situación. Son más o menos unos 1.850 internos para una capacidad que apenas sobrepasa el millar de internos. También cabe destacar el deprobable estado de las instalaciones, cuyos techos se caen a trozos por momentos. Para comprobarlo, únicamente hace falta observar el aspecto del exterior del edificio, con unos muros en un estado más que ruinoso. Llevan así muchos años.
Explica la conselleria de Justicia que está previsto que el nuevo proyecto de cárcel en la Zona Franca, que sería para internos preventivos –pendientes de juicio– tenga el doble de capacidad que la Modelo, por lo que podría acoger a más de 2.000 reos.
El horizonte para el traslado era teóricamente este año o el próximo, pero ahora nadie del departamento de Gordó se atreve a poner fecha. Por si fuera poco, el actual director general de Servicios Penitenciarios, Xavier Martorell, está en el punto de mira por su presunta vinculación en la trama de espionaje relacionada con la agencia de detectives Método 3.
Desde un primer momento se supo que los terrenos para la nueva cárcel en la Zona Franca serían caros, pero las sucesivas conselleries de Justicia siempre han considerado que la ubicación era la idónea para quitar de una vez por todas la Modelo del Eixample, una prisión que estaba previsto que acogiera a menos de 800 internos.
Los vecinos hace años que desean el traslado, pero da la sensación de que ya no confían en verlo algún día. Desde un bar muy cercano a la cárcel, uno de los responsables, Miguel lamentó que la Modelo «da una mala imagen del barrio, porque cada vez está más decrépita, se cae a trozos». Además, consideró que «la presencia de los familiares de los presos en estas calles tampoco es buena, nunca han provocado grandes problemas, pero creo que no es bueno para estos comercios».
Por su parte, otro vecino, Víctor, admitió que «los vecinos están hasta el gorro porque nadie se cree ya que algún día se produzca el traslado». Añadió que «la gente está cansada de escuchar que se cerrará el centro». Los residentes en la zona están hartos de esta interminable historia.
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