El desafío independentista

La patronal rechaza implicarse en el proceso soberanista de Mas

La CEOE y Foment descartan inmiscuirse en política y piden diálogo. El Puerto niega que la independencia ahuyente inversiones

Gay de Montellà y Rosell coincidieron en unas jornadas de la patronal, donde pidieron estabilidad
Gay de Montellà y Rosell coincidieron en unas jornadas de la patronal, donde pidieron estabilidadlarazon

A Artur Mas le está costando encontrar aliados a su causa tanto en Europa como entre la clase empresarial. Aunque se escude en que tan respetables son las opiniones de los empresarios como la de los millones de personas que quiere votar, el rechazo de la patronal a implicarse en el proceso soberanista supuso ayer un golpe bajo para el president de la Generalitat.

Tras una dura semana, en la que tuvo que oír como una sesentena de directivos de empresas alemanas advertían de las «nefastas» consecuencias que traería consigo la independencia y al mismísimo Círculo de Economía alertado de la «frustración» que puede generar el proceso soberanista, Mas pidió el viernes a los empresarios que «no pasen de la política». Que asuman responsabilidades y se impliquen en la conducción de su proyecto político independentista. «Lo tenemos que hacer juntos», proclamó ante un centenar de empresarios.

Ha pasado sólo un fin de semana y ayer los empresarios respondían ya a Mas. Con palabras más o menos amables, la mayoría coincidía en que no van a implicarse en el proceso soberanista. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, y el de Foment de Treball, Joaquim Gay de Montellà, contestaron al president de la Generalitat que las empresas están para crear riqueza y empleo y que éste seguirá siendo su camino, al margen del debate político.

Los presidente de las patronales española y catalana, que participaban en una jornada técnica en Barcelona, coincidieron en exigir a Mas «diálogo, diálogo y más diálogo» para resolver la situación «compleja» que vive Cataluña.

Haciendo gala de una gran complicidad, Rosell en castellano y Gay de Montellà en catalán reclamaron a la clase política que no generen incertidumbre y faciliten un escenario de estabilidad. El presidente de la CEOE sí insistió en que «hay que explicar al resto de España que hay un problema den Cataluña» y en que «hay que hablar para solucionarlo».

En lo que sí coincide con Mas es en que Cataluña tiene un problema económico, social y político «muy importante», que se ha ido agravando desde la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 sobre el Estatut.

Reconoció a Mas que a su manera está intentando encontrar vías de diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy, pero le pidió un mayor esfuerzo. Lo único que ofreció al president de la Generalitat fue que «los empresarios podemos ayudar a que se hable y poco más». Gay de Montellà recuperó el proyecto de pacto fiscal como salida al problema catalán. Además de una mejora de las infraestructuras, reclamó una fiscalidad más adecuada para las empresas y una actuación más decidida de las administraciones contra la economía sumergida.

Las inversiones prosiguen

En un almuerzo-conferencia, el presidente del Puerto de Barcelona, Sixte Cambra, tampoco mostró interés por implicarse en el proceso catalán, pero subrayó que ninguna inversión catalana, española ni extranjera se ha echado atrás por aterrada por el fantasma de la independencia.

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, salió en defensa de los empresarios. Pidió a Mas que deje de presionarles para que se posicione a favor de su proceso separatista. Mientras que ERC les avisó de que si no se involucran en el proyecto soberanista irán hacia atrás «como los cangrejos».

La ofensiva internacional no cesa

Después de publicar un artículo de opinión en seis diarios europeos –Bulgaria, Malta, Croacia, Estonia, Chipre y Bélgica–, ayer, el presidente de la Generalitat apareció en formato entrevista para dirigirse a los italianos a través del «Corriere della Sera». Esta vez va más allá de pedir la consulta y se proclama a favor de la independencia de Cataluña, pese a admitir que la secesión despierta más recelos en Europa que la celebración del referéndum. Alega que la independencia «es el futuro de una nación antigua como Cataluña». La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, le emplazó a tomar nota de que «Europa le ha dicho que se le ha acabado la broma del proceso, porque es imposible que una región de independice». El PSC también le instó a dejar sus aventuras internacionales.