Barcelona
La Pedrera se llena de luz y colores del mar bajo la música de Enrique Granados
¿Qué es el mapping? No es jugar con mapas, sino utilizar grandes objetos tridimensionales para proyectar imágenes y conseguir un efecto de sorpresa y alteración tan efectiva como espectacular. Sólo hay que pensar en el cine, una pantalla en blanco desaparece cuando la proyección empieza a escupir las imágenes en movimiento. Ahora pensemos en un gran edificio, uno emblemático, como la Pedrera, e imaginemos que se proyectan en sus dentada fachada una serie de imágenes llenas de luz y color. La célebre obra de Gaudí, por supuesto, no desaparecerá, pero sí alterará su significado, añadiendo un plus de poesía y asombro.
Esto es lo que sucedió ayer tarde a la fachada de La Pedrera, que se convirtió en directo en otra cosa, en eso mismo que al Quijote le parecieron gigantes en lugar de molinos de viento. Ante una audiencia asombrada y feliz por encontrarse ahí, en esos precisos momentes, el artista Xavi Bové dirigió una gran fiesta audiovisual, con el añadido de la música de Enric Granados de fondo.
El espectáculo formaba parte del Llum Barcelona e incluía una formación musical compuesta por piano, violonchelo y violín, que desde el balcón del primer piso del emblemático edificio, respondían a la dirección del maestro desde una tarima situada a pie de calle. La Pedrera se ha integrado a la perfección con las imágenes propuestas por Bové, que simulaban el agua y las olas de mar, y los reflejos de la luz sobre su superficie. Los aplausos hicieron justicia a un espectáculo que, por efímero, gana enteros en la imaginación del público.
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