María Sanz
La prehabilitación, un paso más en cirugía cardiaca
El Hospital Clínic pone en marcha una unidad que prepara a los pacientes física y psicológicamente antes de ser operados de una afección cardiovascular.
El Hospital Clínic pone en marcha una unidad que prepara a los pacientes física y psicológicamente antes de ser operados de una afección cardiovascular.
Es cierto que, a día de hoy, la cirugía cardíaca está muy evolucionada y con ella se están logrando importantes resultados, pero no es menos cierto que si ésta no va acompañada del pre y post operatorio adecuados y, sobre todo, de unos hábitos de vida saludables por parte del paciente, su eficacia puede verse significativamente reducida.
Un evento cardíaco debe ser abordado de forma integral puesto que, por sus características, éste no suele ser un episodio aislado que se resuelve simplemente con una cirugía o tratamiento, sino que requiere un cambio de estilo de vida crónico. En este sentido y aprovechando la celebración del Dia Mundial del Corazón el pasado jueves, el Hospital Clínic de Barcelona quiso incidir en la importancia de completar una buena rehabilitación tras sufrir un evento cardíaco. «La rehabilitación cardíaca es una prevención secundaria para mejorar la calidad de vida del paciente, así como para mejorar su pronóstico», señala María Sanz, cardióloga del Hospital Clínico, quien destaca además «que ésta permite al paciente además tomar consciencia de su patología, conocer con exactitud qué tiene y saber que, pese a su situación, puede seguir haciendo su vida».
Así pues, la rehabilitación se estructura en tres fases: la primera de carácter intrahospitalario, durante la cual el paciente empiezan a mover las extremidades con la ayuda de un fisioterapeuta: una segunda fase, que arranca a las dos semanas del evento u operación cardíaca y que tiene lugar cuando el paciente está estabilizado, que consiste en una combinación de ejercicios aeróbicos y rehabilitación respiratoria para enseñar al paciente a respirar aprovechando toda la capacidad pulmonar pese a estar limitado por la cicatriz; y por último, una tercera fase en la que se trabaja principalmente para conseguir que el paciente cambie su estilo de vida, adopte hábitos cardiosaludables y, sobre todo, los mantenga a lo largo de su vida.
«Se les enseña cómo medicarse y se les explica el porqué, se les dice qué y cómo comer, se les da herramientas para asumir y afrontar su evento cardíaco...», explica la doctora Sanz y, pese a que inicialmente la mayoría de pacientes están muy involucrados y motivados con su rehabilitación y recuperación, al tratarse de algo crónico, esa motivación suele ir decayendo con el paso del tiempo y «muchos dejan de seguir el estilo de vida adecuado», alerta la cardióloga.
En este contexto y precisamente con el fin de favorecer la adhesión al tratamiento y la constancia en la rehabilitación, el Hospital Clínic ha apostado por la marcha nórdica, un actividad que combina el ejercicio aeróbico propio del caminar con la tonificación. Este programa ambulatorio pionero, en funcionamiento desde 2013 y diseñado por la doctora Cristina Vehí, está indicado para pacientes con problemas cardiovasculares que se encuentran ya en la tercera fase y de los que se espera que lleguen a consolidar su cambio de estilo de vida. Así pues, la Marcha Nórdica no es únicamente una herramienta para reducir notablemente los factores de riesgo cardiovasculares, sino que es también una manera amena de crear adherencia y evitar el abandono de los hábitos saludables, principalmente porque, como señala la doctora Sanz, «permite hacer deporte socialmente». Concretamente, la actividad consiste en salidas en grupo, habitualmente por la ciudad, dos o tres veces a la semana en compañía de la propia doctora Cristina Vehí o una fisioterapeuta
Habilitarse para la operación
Pero además desde hace un mes, el Hospital Clínic ha puesto en marcha también un tipo de rehabilitación preventiva o prehabilitación, la cual consiste en llevar a cabo varias actuaciones con el fin de preparar al paciente para la intervención quirúrgica. «La prehabilitación ya hace tiempo que se hace en cirugía general u oncológica para que el paciente llegue en las mejores condiciones posibles al quirófano, pero en cirugía cardiovascular, donde el paciente suele tener unas condiciones diferentes, no se había hecho antes», señala la doctora María Sanz, quien explica que ello es debido a que «existía cierto miedo en realizar entrenamiento con el paciente cardiovascular antes de solucionar su problema». Sin embargo, hasta el momento, tres estudios han confirmado que llevar a cabo prehabilitación antes de la intervención comporta beneficios, ya que esta práctica «hace que hayan menos riesgos durante la intervención, se logren mejores resultados y la recuperación postoperatoria sea más rápida», comenta la cardióloga.
Así esta rehabilitación previa, que idealmente debería llevarse a cabo durante las seis semanas anteriores a la operación, consiste en una alimentación adecuada, especialmente a nivel proteico; una intervención en el ámbito psicológico para preparar al paciente para la cirugía y el estilo de vida que deberá llevar después; y actividad física de intensidad y duración adecuadas a las condiciones del paciente.
Así pues, en la prehabilitación debe intervenir un equipo de profesionales multidisciplinar, como en la rehabilitación, el cual en este caso estaría integrado por el anestesista, que es quien realiza la evaluación preoperatoria global; un licenciado en INEF, que junto a un fisioterapeuta, diseña y lleva a cabo el entrenamiento físico; un nutricionista; un piscolólogo y el cardiólogo.
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