Barcelona

La sequía pone a prueba la infraestructura que da de beber a Barcelona

La Agència Catalana de l’Aigua y el Área Metropolitana activan la depuradora que recicla agua para consumo humano

El agua reutilizada es de mayor calidad y cuesta menos que la desalada
El agua reutilizada es de mayor calidad y cuesta menos que la desaladalarazon

La Agència Catalana de l’Aigua y el Área Metropolitana activan la depuradora que recicla agua para consumo humano.

En las escuelas catalanas, cuando se imparte Geografía, los niños aprenden que el litoral tiene un clima mediterráneo, curiosamente, como el de California, a 9.656 kilómetros. Las temperaturas suaves y la poca frecuencia de lluvias son la envidia de los turistas, pero un clima irregular, con episodios de sequía cíclicos, cada siete u ocho años, veranos con ausencia de precipitaciones y con mayor riesgo de incendios, obligan a ambas regiones a gestionar recursos para anticiparse a situaciones extremas, como la que Cataluña vivió en 2008. Entonces, se prohibió regar jardines o llenar piscinas con agua potable y desde Murcia y Marsella se enviaron barcos al puerto de Barcelona cargados con agua para beber. Ese episodio de sequía sirvió para concienciar a la población. Los barceloneses aprendieron a no malgastar. Hoy, consumen un 21% menos que hace diez años, 107 litros por persona y día, lejos de los 200 litros que gastan los suecos.

Ahora, un nuevo episodio de sequía pone a prueba a Cataluña. Diez años después, se ha puesto en marcha la planta desalinizadora del Llobregat, que actualmente trabaja al 70 %. La de Tordera lo hace al 75 %, pero prevé aumentar la producción al cien por cien en los próximos días. Gracias al agua desalada, en los últimos años, se han estresado menos a los pantanos del Ter-Llobregat, que abastece al 92 % de los catalanes. Hoy, en pleno episodio de sequía, están al 44%. Esto es en pre-alerta. Pero si sigue sin llover y las reservas bajan al 40%, se entrará en fase de alerta y podrían empezar las limitaciones para el riego urbano, fuentes ornamentales o llenar piscinas.

Además de las desalinizadoras, con fondos de cohesión de la Unión Europea (85%) y dinero de la Generalitat (15%) se construyó la planta de tratamiento terciario de la depuradora del Llobregat. Esta infraestructura, coge el agua que sale de la depuradora antes de tirarla al mar y aplica un proceso extra de limpieza: la desinfecta, la vuelve a filtrar y la somete a una osmosis a la inversa que consigue eliminar hasta los virus. El resultado es un agua que puede volver a beberse. La estación regeneradora puede producir hasta 2 metros cúbicos por segundo, el consumo equivalente de agua de un millón de personas, o sea, el 25% de la demanda del área metropolitana.

La Ley prohibe consumir directamente el agua que sale de la depuradora, así que se regresa a los grifos de manera indirecta. Vuelve al Llobregat a través de una tubería de 15 kilómetros a la altura de Molins de Rei. Allí se mezcla con el agua del río y baja hasta la potalibizadora de Sant Joan Despí, donde pasa un último proceso. «El agua sale tan limpia como la que puede encontrarse en la cabecera del Llobregat», aseguraba ayer secretaria de Medi Ambient de la Generalitat, Marta Subirà. Para poner al día toda esta infraestructura, que hasta la fecha no se ha requerido, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y el Árena Metropolitana de Barcelona (AMB) firmaron ayer un acuerdo que garantiza el funcionamiento de la estación depuradora de última generación. De entrada, la ACA pondrá 2,5 millones, pero si se tiene que incrementar la producción cuenta con un millón más y otro millón por si hay que adecuar las instalaciones. En total, dispone de hasta 4,5 millones. «Estos costes no se trasladarán al recibo del agua», prometió el director de la ACA, Jordi Agustí.

El condado de Orange, en California, donde viven 2 millones de americanos, ya bebe agua depurada. En cuatro o cinco meses, los barceloneses también podrían beber agua reciclada, pero que la ciudad esté preparada, no significa que lo haga. Un equipo de expertos que forman el ACA, la AMB y la conselleriade Salud determinará qué uso se da al agua regenerada. El acuerdo firmado contempla tres usos: en un escenario de normalidad, el agua depurada se utilizará para proteger de la sal los acuíferos de la Vall Baixa del Llobregat, que en situación de sequía aportan tanta agua como la desalinizadora; en pre alerta o alerta (entre el 70 y el 35 % de las reservas), es decir, ahora, además puede utilizarse para la agricultura o la limpieza municipal; y en situación excepcional (con las reservas por debajo del 25%), se abocaría al río y tras pasar por la potabilizadora volvería a los grifos.

Pero como desalar agua tiene un coste energético cinco veces superior a depurarla, los expertos estudiarán utilizar permanentemente el agua depurada para limpieza municipal, usos agrícolas o fuentes ornamentales, con la idea de estresar menos a los pantanos.

«Hay que adaptarse al clima mediterráneo», admitía la secretaria de Medi Ambient, y con este sistema, «la calidad de la regeneración es incluso mejor que la de un río», añadía el director de la ACA. Al fin y al cabo, «¡quién sabe si una molécula de este agua que voy a beber –decía señalando un vaso que había sobre la mesa– ha estado dentro del sistema digestivo de un dinosaurio!».