Barcelona

La soledad de Trias aumenta con el rechazo de la oposición a su gestión económica

La Razón
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Cuando Xavier Trias llegó a la alcaldía de Barcelona, lo fió todo a la geometría variable. Descartado un pacto estable con cualquiera de los partidos de la oposición, juzgó conveniente acogerse a esta fórmula para gobernar en minoría. Un PAM con el PSC, unos inversiones con el PP y patada para adelante. Así ha ido trampeando en los dos años de legislatura. El año pasado, sin embargo, su fórmula empezó a resquebrajarse y el alcalde no tuvo más remedio que prorrogar los presupuestos por primera vez en la historia de Barcelona ante la falta de apoyos. Lejos de replantearse su estrategia, el alcalde ha seguido con la misma estrategia y para el año que viene tiene previsto aprobar las cuentas con una cuestión de confianza, una argucia legal para sacar adelante los presupuestos en solitario.

La falta de diálogo de Trias, sin embargo, no ha sentado nada bien entre la oposición, por lo que las dificultades que ha encontrado hasta ahora para gobernar prometen incrementarse hasta el fin de la legislatura. Ayer, sin ir más lejos, PP, PSC e ICV rechazaron en el pleno municipal la liquidación de las cuentas de 2012, correspondiente al Ayuntamiento, los organismos autónomos municipales, a las entidades públicas empresariales y a las sociedades mercantiles de capital íntegramente municipal.

El presupuesto de 2012 fue aprobado con los votos de los populares que ahora, gracias en parte al clima político, le han dado la espalda al alcalde. El concejal del PP Javier Mulleras justificó el voto en contra porque son unas cuentas «continuistas», como las que presentaba el ex alcalde socialista Jordi Hereu, y hacen que el presupuesto de 2012 no haya sido el del cambio, como el PP quería que fuese cuando lo pactó. Mulleras reprochó al gobierno municipal que «el 92 por ciento de los concursos se han adjudicado a dedo». Las críticas al gestión económica de Trias no se limitaron al PP y fueron secundadas por el resto de fuerzas políticas con la única excepción de UxB. El líder del PSC, Jordi Martí, pidió de nuevo la dimisión de la segunda teniente de alcalde y responsable de economía Sònia Recasens por «el fracaso de la política económica en la ciudad». Su permanencia en el gobierno, señaló, «dejará al alcalde en funciones», en referencia a la cuestión de confianza, «para aprobar los presupuestos de 2014». «Su gestión es un fracaso estrepitoso», apostilló.

«Cuentas auditadas»

Recasens, por su parte, reprochó a PSC, PP e ICV-EUiA que votasen en contra de unas cuentas «que están auditadas» y les acusó de «continuar creando confusión y demagogia» con esta decisión que, en su opinión, sólo tiene motivos políticos.

Una de las principales peticiones de la oposición fue que el gobierno municipal retire de los presupuestos 129 millones en ingresos previstos por la venta, que aún no se ha hecho efectiva, de la participación en Servicios Funerarios y de quince aparcamientos en el centro de la ciudad.

Al comienzo del debate presupuestario, cuando Mulleras intervenía, una decena de miembros de las CUP que presenciaban el pleno desde los bancos del público mostraron carteles y fueron amonestados por el presidente del pleno que fue replicado al grito de «radicalicemos la democracia». El presidente, Joan Puigdollers, optó entonces por exulsarlos del pleno.