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La vida es pesadilla en Zalamea

La Compañía Nacional de Teatro Clásico presenta en el Teatre Lliure una nueva adaptación de «El alcalde de Zalamea», de Calderón de la Barca

Carmelo Gómez interpreta al alcade que da nombre a la obra junto a Nuria Gallardo como Isabel y Jesús Noguero como el capitán Don Álvaro de Ataide
Carmelo Gómez interpreta al alcade que da nombre a la obra junto a Nuria Gallardo como Isabel y Jesús Noguero como el capitán Don Álvaro de Ataidelarazon

La Compañía Nacional de Teatro Clásico presenta en el Teatre Lliure una nueva adaptación de «El alcalde de Zalamea», de Calderón de la Barca.

Existe la tentación de ver las obras de Calderón de la Barca como textos filosóficos en los que las ideas convierten a los personajes en meros títeres, herramientas deshumanizadas. Muchos hasta creen que es teatro para ser leído y no representado, como la mayoría del Siglo de Oro. Algo que para la directora Helena Pimenta n, del Centro Nacional de Teatro Clásico, no tiene ninguna razón de ser. Después de su formidable adaptación de «La vida es sueño», ahora busca demostrar que también en «El alcalde de Zalamea» hay rabia, hay pulsiones, hay personajes contradictorios, hay la vida misma, más allá de su poesía y altas ideas.

El Teatre Lliure presenta esta noche, y hasta el domingo, esta nueva adaptación del clásico de Calderón, firmada por Álvaro Tato, de Ron la lá, un montaje que en su paso por Madrid llegó a atraer a 34.000 personas y que no ha dejado de sumar público entusiasta por su gira española. Con 18 actores sobre el escenario y la presencia de cinco músicos, la obra es un auténtico «tour de force» que acerca el mensaje de la obra de forma directa y a los intestinos al público de hoy día. «Presentamos nuestra lectura, palabra a palabra, sin grandes descubrimientos, pero sin cortar nunca el corazón que nos unía la obra», comenta Pimenta.

El argumento es bien conocido. Las tropas del ejército español llegan a la pequeña población de Zalamea de la Serena. El capitán Don Álvaro Alcaide se instala en la casa de Pedro Crespo, un labrador acaudalado, y allí no duda en violar a su hija, Isabel. Cuando se niegue a casarse con ella por ser «una villana», Pedro Crespo utilizará su reciente estrenada posición como alcalde para, sin permiso de las leyes, apresar al militarla y ajusticiarlo. «Hay una lectura femenina que nos remite a hoy día. Todavía hay jueces que preguntan a las víctimas de violación si llevaban bragas o las faldas muy cortas. Calderón fue muy valiente en denunciar esto», comenta Nuria Gallardo, que interpreta a Isabel.

Un alcalde en potencia

Carmelo Gómez interpreta a Pedro Crespo, el alcalde, un papel por el que incluso llamó a Pimenta para decirle, «tengo ganas de presentarme a las elecciones de Zalamea». «Siempre he hecho teatro cuando la idea de una función sentía que tenía que ver con mi vida. Por ejemplo, ahora vivo una reconciliación con mi padre, con la tierra, y tengo una hija que se me hace mayor», asegura el actor.

Una de las señas del nuevo montaje es la utilización activa de la música. Bajo la dirección de Ignacio García, se interpreta diferentes canciones populares y los actores cantan las jácaras, según están en el texto de Calderón, canciones de rufianes. Además, la obra es tan física y enérgica que han utilizado a la coreógrafa Nuria Castejón. «Desde el minuto uno la obra es un tiro. La obra pretende ser una partitura visual, auditiva y anímica», dice Pimenta.

Dónde: Teatre Lliure. Pl. Margarida Xirgu, 1.

Cuándo: Del 2 al 6 de marzo.

Cuánto: De 15 a 29 euros.