Libros
La vida tranquila de Antonio Saura
Julián García Hernández firma la primera biografía de uno de los pintores españoles fundamentales en la segunda mitad del siglo XX
Julián García Hernández firma la primera biografía de uno de los pintores españoles fundamentales en la segunda mitad del siglo XX.
Antonio Saura es uno de esos gigantes del arte español del siglo pasado, un pintor que ha dejado un legado inimitable gracias a un indiscutible estilo personal. Pese a su importancia, Saura nunca había sido objeto de un estudio biográfico que analizara en profundidad su vida y su obra. Esa ausencia bibliográfica queda ahora suplida con la aparición de «Antonio Saura. El muro de la vida» donde Julián García Hernández hace un pormenorizado recorrido por la vida y obra del pintor en un libro editado por Memoria Artium.
«Han sido once años con este proyecto que ha visto la luz cuando el manuscrito empezaba a formar parte del mobiliario de casa», explica el autor de la biografía en declaraciones a este diario. El proyecto se remonta a enero de 2006, cuando García Hernández visitó una exposición dedicada a Saura en una galería barcelonesa. «Me impresionó y sentí curiosidad por leer su biografía, pero no había nada, a excepción de catálogos y los libros con sus escritos», dijo, recordando que optó por sumergirse en «una aventura sin prisas». Un profundo trabajo de investigación, en el que ha contado con la ayuda de los hermanos del pintor, María Ángeles y Carlos Saura, aunque no Marina Saura, su hija y heredera. «Desde Ginebra me comentó que prefería no colaborar. Si pudiera consultar su archivo con toda seguridad se añadirían matices a lo ya escrito, pero las entrevistas personales realizadas, unidas a la bibliografía consultada, me han dado un perfil humano muy aproximado al que quería llegar a conocer».
Pese a todo, el biógrafo ha reconstruido una vida que califica como «benedictina y dedicada al arte. En una entrevista con Joaquín Soler Serrano, en 1976, Antonio Saura asegura que su principal virtud es la de ser un gran observador del mundo que lo rodea. Y es verdad que él no es nada ajeno a lo que pasa en el mundo. Tiene una gran proyección y reconocimiento, pero todo eso es consecuencia de mucha vocación, mucho talento y mucha dedicación», aclara el responsable de «Antonio Saura. El muro de la vida».
García Hernández recuerda las palabras de Manolo Millares, el compañero de Antonio Saura en el grupo El Paso: «Saura había tenido un proyecto de pintor y lo llevó a cabo. Idealiza el mundo de la pintura y tiene un proyecto de pintor, no de artista. En esto, es significativo que su nombre aparecía en las primeras guías telefónicas como pintor y él quería que saliera así, como pintor. Eso provocaba que lo llamara gente que miraba la guía y pensaba que era un pintor de pisos, algo que les aclaraba cuando lo llamaban».
Julián García Hernández reconoce que se echa de menos que se dediquen grandes retrospectivas al pintor y recuerda que desde 1991 en Barcelona, por ejemplo, no se ha hecho ninguna en un museo importante. Una asignatura pendiente.
«Antonio Saura»
J. García Hernández
MEMORIA ARTIUM
✕
Accede a tu cuenta para comentar