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«Las pequeñas comunidades pueden resistir a las fuerzas opresoras»

Álvaro Enrigue novela la resistencia de los apaches contra los mexicanos y estadounidenses

Álvaro Enrigue ayer en el CCCB donde participó en una mesa redonda de la Bienal del Pensamiento de Barcelona / Foto: Efe
Álvaro Enrigue ayer en el CCCB donde participó en una mesa redonda de la Bienal del Pensamiento de Barcelona / Foto: Efelarazon

Álvaro Enrigue novela la resistencia de los apaches contra los mexicanos y estadounidenses.

Las primeras narraciones de Álvaro Enrigue ya recibieron los elogios de Sergio Pitol o Mario Vargas Llosa. Con «Muerte súbita», Premio Herralde de Novela , las alabanzas reverberaron por todas partes convirtiéndose en eso que se llama pomposamente un clásico vivo. Por eso había mucha expectación para ver qué haría con su nueva novela. Con sólo quince páginas, el editor Jorge Herralde no pudo más que dejar el libro abrumado y apresurarse a escribirle un email. «Es uno de los inicios más impactantes y extraordinarios que he leído. En ese mail le puse que por favor me indicase un autor en español que pudiese presumir de haber escrito dos novelas como “Muerte Súbita” y ésta. A mí no se me ocurría ninguno. Él me contestó con un lacónico: “Jorge, I love you”», explicó ayer Herralde. Puede que la literatura sea el arte de la hipérbole, pero a veces sólo la hipérbole sirve para acercarse a la verdad.

La razón de tantos elogios es «Ahora me rindo y eso es todo» (Anagrama) novela que nos lleva de la mano a un territorio mítico que poco a poco se va descubriendo como real y único, un apasionante viaje desde los años de resistencia de los indígenas apaches contra los ejércitos invasores mexicanos y estadounidenses, a mediados del siglo XIX, a esa zona fronteriza entre México y Estados Unidos, antes conocida como Apachería, en estos años de fiebre trumpiana y obsesión por los muros y las fronteras.

Bajo la figura de Gerónimo, el célebre guerrero apache, vamos contruyendo una historia que va derribando tópicos, derrotando prejuicios y creando las bases para alcanzar esa libertad que todo ser humano ansía. «Podríamos decir que son tres libros en uno. Comienza como un wester, casi un spaguetti western y poco a poco va convirtiéndose en otra cosa, algo más íntimo e interior, acabando en una historia trágica y política sobre las consecuencias de los actos de nuestros ancestros», confesó ayer Enrigue.

Volviendo a Apachería

La novela consolidó sus fundamentos cuando el escritor fue a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, país donde reside, y descrubió un mapa del siglo XIX donde existía un territorio independiente llamado Apachería. Allí comprobó cómo los apaeches lograron resistir las violentas acometidas de estos dos monstruosos estados y conservar su independencia. «Al final eran 23 soldados contra los grandes ejércitos vecinos y todavía conseguían vencer hasata que tuvieron que negociar su rendición», señaló el escritor.

La obra refleja lo que Enrigue define como identidades fluidas y como cualquier nacionalismo sólo es una romántica invención atávica de un pensamiento decimonónico que no tiene sentido en pleno siglo XXI. «Los apaches demostraron como las pequeñas comunidades pueden resistir a los ideales de los grandes nacionalismos opresores. La palabra identidad no debería tener la importancia que tiene hoy día. La decadencia de la idea que una nación tiene una identidad única, que como todas es imaginaria, es peligrosa», concluye.

«AHORA ME RINDO Y ESO ES TODO».

Álvaro Enrigue.

Anagrama.

Pág: 424.

20,90 euros.