Ámsterdam

Las tragedias romanas de Shakespeare invaden el Parlamento Europeo

La escenografía reproduce las zonas de descanso del Parlamento Europeo
La escenografía reproduce las zonas de descanso del Parlamento Europeolarazon

En 2005, el director polaco Krystian Lupa trajo al Teatre Lliure una adaptación de «Los hermanos Karamazov», de Dostoievski, de cerca de nueve horas de duración, con cena incluida. Fue un éxito. Un par de temporadas después, Àlex Rigola se atrevía con una adaptación de «2666», de Roberto Bolaño, de cerca de seis horas. También fue un éxito y se repuso durante dos años. Ahora, la compañía holandesa Toneelgroep Ámsterdam se atreve con una adaptación de las tres tragedias romanas de Shakespeare de más de cinco horas y media. Y todo indica que también será un éxito.

El Teatre Lliure, dentro del programa del Grec, acoge «Tragedias romanas», montaje que mezcla «Julio César», «Coriolano» y «Antonio y Cleopatra». Construído en clave de drama político, sitúa la acción en el presente, en el Parlamento Europeo. Quince actores, que van ocupando todos los roles de las tres tragedias, centran la acción en cómo funciona la maquinaria política. «Sin prejuicios o puntos de vista militantes, la obra pretende mostrar que la política la hace la gente y por tanto triunfa o fracasa según sus objetivos», recuerda Ivo Van Hove, director del espectáculo.

La adaptación busca conseguir un dinamismo casi televisivo que sitúa al espectador en las entrañas de la vida política y su toma de decisiones. Y en el centro de la acción, el asesinato de Julio César. La escenografía representa diferentes salas de descando del Parlamento, mientras los gobernantes se pasean como si estuviesen en un plató a punto de salir en directo.

La particularidad mayor de la obra es que busca implicar al espectador en el proceso de creación. Quien vaya a ver el montaje tendrá plena libertad para pasearse por es escenario, si quiere, incluso disfrutar de su zona de cátering. «Cuando vi la obra en Amsterdam, pude subir al escenario justo después de la muerte de Julio César y tomar unos riquísimos macarrones. La implicación que consigue con el espectador es brutal», asegura Ramon Simó, director del Grec.

Otra de las atracciones del espectáculo es que no pide que el público apague su móvil. Es más, exige que se transmita vía redes sociales lo que está viendo. Además, en los descansos se pasa un informativo real que explica las noticias del día en el Shakespeare más contemporáneo adaptado hasta la fecha.