Barcelona

Lluís Martínez Sistach: «El gran reto de la Iglesia catalana y occidental es la evangelización»

El cardenal arzobispo emérito de Barcelona presenta el libro «Un cardenal se confiesa»

Lluís Martínez Sistach
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Tras una larga y fructifera trayectoria en labores eclesiásticas, un día muy importante para Lluís Martinez Sistach (Barcelona, 1937), fue cuando en noviembre de 2007 el Papa Benedicto XVI lo nombró cardenal.

Tras una larga y fructifera trayectoria en labores eclesiásticas, un día muy importante para Lluís Martinez Sistach (Barcelona, 1937), fue cuando en noviembre de 2007 el Papa Benedicto XVI lo nombró cardenal. Anteriormente, en 1987, fue designado obispo de Aliezira, y más tarde de Tarragona. Posteriormente, llegó otro día clave fue el 15 de junio de 2004, cuando se convirtió en el arzobispo de Barcelona, sucediendo a Ricard Maria Carles. Ocupó el cargo hasta 2015. Ahora presenta el libro «Un cardenal se confiesa», editado por Proa.

–¿Cardenal, qué quiere confesar con el libro «Un cardenal se confiesa»?

– Que la vida y la fe cristiana son una maravilla, esta es la auténtica confesión. Lógicamente la vida cristiana se vive diferente en cada época.

–¿Por qué ha escrito el libro?

– Me lo pidieron. Era cuando estaba en activo. No obstante, decidí dejarlo hasta que yo fuera emérito.

– ¿Cuál es la voluntad al escribir esta obra?

–Hablar muy poco de mí, un poco de memorias, poner por escrito algunas cosas que no se sabían. Y también el pensamiento. Ante el pensamiento único, se tienen que escuchar voces diferentes.

– ¿A qué se refiere con lo del pensamiento único?

–A veces se siguen modas, y las modas son uniformes. También hay otros pensamientos. Se tienen que ofrecer cosas, y que cada persona sea fiel a sus convicciones.

– ¿Hay alguna connotación política?

– No, no, me refiero a todo en general, también lo cultural. Hay cosas que se pueden decir y otras cosas que no. Lo que tenemos que hacer es buscar siempre la verdad. Hay visiones diferentes, y se tienen que escuchar todas.

–¿ Qué retos tiene ahora la Iglesia catalana?

– El reto principal de la Iglesia catalana, y también todo occidente, es la evangelización. Es el anuncio de Jesús en una sociedad que tiene muchas alternativas, muchas ofertas, y que está secularizada. La sociedad puede estar secularizada, pero la persona no lo está nunca. En algún momento de la vida siempre surge un deseo de trascendencia, de búsqueda de Dios. Otro reto sería toda la dimensión social, en el sentido del bienestar social, los pobres. Aún hay crisis, aunque tengamos a Cáritas, la pobreza es más profunda, más extensa y más autóctona. Tenemos que provocar que crezca la justicia y una distribución de la riqueza más justa. También está formación de la juventud. Potenciar el matrimonio y la familia, que no haya tantas separaciones y divorcios.

–Ha hablado de secularización. ¿Faltan más estudiantes de Teología?

– Quizá, pero más que eso lo que falta son evangelizadores. Cristianos que vivan de forma más coherente nuestra vida. También faltan cristianos que anuncien la belleza del mensaje de Jesús. Hay muchos jóvenes que buscan sentido a la vida, hace falta decirles que Jesús les ama.

–¿Cómo es la relación con el Papa Francisco?

– Es muy cordial. Está haciendo lo que la Iglesia necesita hoy. Creo que el Espíritu Santo nos ayudó en el cónclave para elegir al Papa que necesitamos. Los anteriores Papas hablaban de evangelización, pero Francisco está ayudando a concretar esta evangelización. Está realizando un servicio muy valioso para la Iglesia. Inspira simpatías incluso en los no creyentes.

–Usted se ha reunido cinco veces con Francisco. ¿Pasó lo mismo con Benedicto XVI?

–Hubo una visita cada año, una audiencia privada. Un cardenal es un colaborador inmediato del Papa. Podemos hablar de todo, y recibir consejos de él sobre asuntos que pueden preocupar.

– Se habla mucho del papel de la mujer en la Iglesia.

– No pueden ser sacerdotes, es verdad, pero sí todo lo demás. Y lo están haciendo, y si no lo hacen no es por que esté prohibido. reitero que la Madre de Dios era mujer, y muchas son fundadoras de congregaciones. En muchas escuelas.

– ¿Cree que en los últimos dos o tres siglos la Iglesia ha avanzado?

– Creo que sí, mucho. Nosotros defendimos el derecho de los trabajadores a asociarse, y aún no existían los sindicatos. Eso fue innovador en el campo social. Hemos ido evolucionando. El Papa lo ha dicho muchos veces, que los males vienen por la injusta distribución de la riqueza. Esto se tiene que solucionar.

– En este sentido, Cáritas está realizando una gran labor.

– Por supuesto, y es la Iglesia diocesana, la parroquia. Es una labor muy necesaria, y desearíamos que no fuera necesaria.

– A nivel religioso, ¿cómo ve Cataluña en estos momentos?

– Veo unas iglesias y unas diócesis vivas, presentes en muchas partes, que tienen el deseo de anunciar a Jesucristo, el Evangelio...es muy importante. Veo una gran preocupación por todo lo social, un deseo por la coherencia entre la fe y la vida, veo un deseo de compromiso, de voluntariado. Y son jóvenes y adultos. Cáritas tiene once mil voluntarios. Todo esto es muy positivo, aunque siempre hay pobres.Lo del voluntariado es por el trabajo de formación de la Iglesia, es lo que estamos realizando. También de sensibilización, de acercar las personas a Dios. tenemos fallos, pero también muchas cosas buenas.

– ¿Qué le parece la labor de su sucesor al frente del arzobispado Juan José Omella?

– Lo está haciendo bien, no puedo seguirlo todo, tengo que hacer otras cosas. De momento el balance es muy positivo.

– Pasando al tema político, está el «procés» independentista...

– Lo importante es el diálogo, es absolutamente necesario el diálogo. Quizá no lo puede solucionar todo, pero sí muchísimas cosas. La política está hecha de diálogo. Todos tenemos derechos y obligaciones. Más bien todo depende de los ciudadanos.