Teatro
Los días no tan felices de la adolescencia
El teatre Tantarantana acoge la obra «Los niños oscuros de Morelia», de Albert Tola
El teatre Tantarantana acoge la obra «Los niños oscuros de Morelia», de Albert Tola.
La adolescencia es como vivir con las manos atadas tras la espalda. El deseo está, el ansia es furibunda, pero la incapacidad de hacer hace que lo único que quieras hacer es liberarte las manos. Al final olvidas por qué quieres liberarlas, y sobre todo para qué, pero no olvidas ni un segundo que la tienes atadas y quieres ser libre. Por eso la rebeldía de la adolescencia es vista a veces como «sin causa» o «caprichosa» a lo Holden Caufield. Su rebeldía, en realidad, es por comparación. Ven a todos esos adultos haciendo absolutas atrocidades con las manos libres que sólo saben llorar y gritar, «¡déjame a mí, uítame esto de las manos!».
El Teatre Tantarantana estrenó ayer la obra «Los niños oscuros de Morelia», del dramaturgo Albert Tola, en la que indaga en esa adolescencia que sí tiene motivos para rebelarse. La sala Baixos 22 presenta hasta el próximo 20 de enero un montaje que ha triunfado allá por donde ha ido, desde Madrid a escenarios de Colombia, Chile, México, Grecia y Turquía y que pone el dedo en la llaga de la indefensión a la que se enfrentan a diario estos niños grandes.
la obra forma parte de una trilogía que Albert Tola ha dedicado precisamente a la adolescentes, sobre todo aquellos que viven en contextos de violencia. No hablamos de jóvenes perdidos pijos y sobre protegidos por sus padres a lo Holden Caufield, sino de niños que desearían mirar a otro lado, pero no pueden. El ciclo lo completan las obras «Niño fósil», estrenada en el Tantarantana en 2014, y «Vino lunar», que se podrá ver en mayo en la misma sala.
Viaje en barco
La obra alude al viaje de un barco repleto de niños exiliados durante la Guerra Civil española que navega hacia la ciudad mexicana de Morelia, y de los juegos mortales que organizan durante la ruta dos adolescentes para intentar evadirse de la realidad. «Esta historia de exilio y de personas obligadas a un éxodo es un tema cada vez más vigente en Europa, y conecta la obra con el presente de una manera muy fuerte. Es un texto preciso, crítico, profundo y trascendente, que además sabe provocar la carcajada para aligerar la tensión», comenta Elena Fortuny, directora del montaje.
El autor asegura que la concepción del texto le vino de una experiencia personal. «Yo tenía dos abuelas, una de Madrid y otra de Barcelona, y cada una perdió un hermano adolescente a causa del bando contrario en la guerra. Esto me hizo imaginarme una situación como la que plantea la obra»», asegura Tola.
La obra está interpretada por los jóvenes actores Rogrigo García Olza, que da vida a Pablo, y Marc Pujol y Lluís Marquès, que se alternan en el papel de Gracian.
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