Atenas
«Los Juegos de Atenas de 2004 fueron el origen del desastre»
La dramática crisis económica que vive actualmente Grecia y que ha propiciado el resurgimiento de partidos políticos nazis sigue siendo un terreno fertil para la narrativa de Petros Márkaris. El escritor cierra su ciclo novelístico sobre la crisis con «Pan, educación, libertad», publicado por Tusquests, y presentado ayer por su autor en Barcelona.
En esta ocasión, nos traslada a un escenario poco alentador. Es la Grecia del año 2014, cuando el país se declara en ruina y regresa al dracma. España, en esta ficción, no tarda mucho en seguir ese mismo destino y volver a la peseta. Jaritos no lo tendrá fácil, al igual que sus conciudadanos, aunque será en ese momento cuando aparezca asesinado un rico contratista de obras. Ese será el punto de partida de una apasionante historia en la que el novelista vuelve a dar lo mejor. A la manera de su admirado Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, Márkaris da lo mejor de sí para fundir realidad con ficción, para hacer que el género policiaco sirva para denunciar lo que está sucediendo en su país.
El escritor aseguró ayer que todavía escribirá un libro más con la crisis de fondo, «como si fuera un epílogo y titulado "Créditos cinematográficos"». «Ver esta crisis ha sido agotador por culpa de enormes decepciones. Por un lado, con la generación de la Politécnica, la gente que resistió en su momento a la dictadura militar y que cuando han tomado el poder se aprovecharon de todo: del sector político, del empresarial... Por otro lado, los hijos y los nietos de esa generación están perdidos, pagando los platos rotos. Todo eso es lo que trato de narrar en mi nueva novela» "Pan, educación, libertad", ratificó el escritor griego.
«Proyecto megalómano»
El novelista, que considera «la realidad como mi campo de batalla», señaló los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas como «el principio del desastre. Eso es algo que no digo ahora como novedad porque lo señalé en su momento. Fue un proyecto megalómano, no solo porque se financiaba con créditos que todavía pagamos sino porque perdimos el contacto con la realidad». Márkaris añadió que a raíz de aquellas Olimpiadas de 2004 «caímos en esa amarga realidad en la que estamos viviendo».
Márkaris lamentó que en su país no exista un partido de centro que ocupe un espacio entre la derecha y la izquierda. Por esp, dijo que «en Grecia nos hemos olvidado de derechas y izquierdas y simplemente hablamos de partidos pro y contra memorándum –a favor y en contra de permanecer en la Unión Europea– y eso permite que en ambos bandos puedan trabajar juntos partidos de derecha y de izquierda, algo enfermizo».
Pese a todo, el comisario Kostas Jaritos, según su creador, «sobrevivirá a la crisis». Para ello será de gran ayuda su mujer, quien pertenece a la misma generación de Márkaris. «Ella no ha vivido en la riqueza. Son gentes que han tenido en la madre era el elemento aglutinador y responsable de que la familia se mantuviese unida y pudiese sobrevivir a los malos tiempos, pero lo peor es que estamos volviendo a aquellos tiempos».
Eso mismo también está afectando a la cultura, «sobre todo a la que depende de las subvenciones. Se está produciendo un fenómeno insólito hasta ahora: aparecen nuevos creadores que trabajan sin un duro. El mercado del libro ha perdido en Grecia el 50 por ciento de sus lectores. Afortunadamente yo no me veo afectado, pero sí que es un problema grave para los que están empezando. Los jóvenes talentos lo están notando más».
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