Los médicos piden más atención hacia las víctimas de la violencia machista

«En los momentos de crisis aumenta el riesgo de violencia de género, porque los nervios están a flor de piel», destaca Miquel Vilardell, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (Comb), quien en consecuencia asegura que «todo lo que se pueda hacer por la prevención es poco». «Hay que hacer pedagogía, informar y sacar el miedo», añade. En esta línea, el Comb ha querido dedicar íntegramente su 31 «Cuaderno de la Buena Praxi», que edita el Centro de Estudios Colegiales, al «abordaje médico de la violencia hacia las mujeres y sus hijos e hijas».

La publicación, que es una renovación y actualización de un cuaderno con la misma temática que se publicó en 2001, pretende ser una guía que facilite a los médicos las conductas asistenciales y de apoyo legal e institucional que son necesarias adoptar para afrontar los casos de mujeres que sufren violencia de género.

En España, cerca del 10,9 por ciento de las mujeres han sido víctima alguna vez de la violencia de género y el 3 por ciento identifican maltratos activos, según la macroencuesta realizada en 2011 por el Ministerio de Sanidad. Y como recuerda Lluïsa García–Esteve, una de las autoras del cuaderno, el tema de la violencia de género afecta a la salud de las mujeres –el 60 por ciento de las que padecen malos tratos presentan trastornos psicosomáticos y genera estrés crónico, que favorece la aparición de enfermedades y agrava las ya existentes–, por lo que en 1996 la Asamblea Mundial de la Salud ya la reconoció como un problema de salud pública.

Por todo ello, desde el Comb se quiere hacer hincapié en la importancia de la prevención y detección de la violencia de género, ya que, como destaca una de los médicos que han participado en la redacción del cuaderno, Pilar Babí, «la detección es importantísima porque abre la puerta a la asistencia». Según Manel Santiña, otro de los autores de la publicación, la detección juega un destacado papel en el proceso de abordaje y erradicación de la violencia de género, por lo que se ha convertido en uno de los principales «caballos de batalla». «Es clave que el médico sea proactivo ante la dificultad de detectar precozmente los casos de maltrato», añade Santiña.

El último escalón en el proceso de abordaje de la violencia de género por parte del personal médico es el de la asistencia, momento para el cual los autores del cuaderno proponen un trabajo coordinado entre los diversos profesionales que intervienen y mucha empatía con las víctimas.

Por último, una de las grandes particularidades de esta publicación es la de incluir un apartado dedicado íntegramente al impacto de la violencia de género en el ámbito familiar sobre la salud de los hijos.