Barcelona

Los vecinos urgen a que se defina la nueva estación de la Sagrera

Tras la firma del protocolo, las administraciones tienen que redimensionar el proyecto

La «herida abierta» de la Sagrera entre Sant Martí y Sant Andreu
La «herida abierta» de la Sagrera entre Sant Martí y Sant Andreularazon

Barcelona- Corría el año 2007 y Barcelona se preparaba para unas elecciones municipales. Jordi Hereu, el candidato socialista que a la postre ganó la alcaldía, escogió un parque de Sant Andreu para organizar una sardinada y aderezarla con un mitin. El lugar escogido no era baladí. Hereu vendió a los presentes un nuevo barrio de parques y equipamientos en el que se pondría fin a la herida urbana más salvaje de Barcelona: las vías de la Sagrera. El candidato explicó prometió que la forzosa división entre Sant Andreu y Sant Martí tocaba a su fin si el salía elegido alcalde. Pues bien, Hereu fue alcalde, pero del proyecto de unión de los dos barrios, ni rastro. Hasta ahora.

El proyecto era ambicioso pero sencillo, aunque víctima de la megalomanía que desprendía la arquitectura en España por aquella época, y consistía en cubrir los 1,5 millones de metros cuadrados de vías. Para ello, se levantaría la estación de alta velocidad del norte de Barcelona, equipamientos, viviendas, un parque y hasta un rascacielos de diseño obra del arquitecto Frank Gehry. El proyecto quedó en punto muerto y así siguió hasta hace apenas unos meses, en los que el Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento retomaron las conversaciones que han culminado esta misma semana con el protocolo de la Sagrera. Básicamente, consiste en redimensionar el proyecto para abaratar los costes.

La iniciativa ha sido muy bien recibida por los vecinos que veían como todas las promesas acababan acumulando polvo en el fondo de un cajón. El presidente de la Asociación de Vecinos de La Sagrera de Barcelona, Josep Barbero, se mostró conforme con la reducción de la estación, aunque, ante la falta de detalles sobre el nuevo proyecto, advirtió que no renunciarán a los servicios y prestaciones de la infraestructura, que no se limitan al AVE, ni a los beneficios para el barrio.

Rascacielos

Y es que, al margen del protocolo de intenciones, se conoce poco sobre el nuevo proyecto. Del documento firmado esta semana se desprende que se rebaja de el coste en 150 millones, de 800 a 650. Los responsables del proyecto del Consistorio barcelonés han explicado que el ahorro principal procederán de la racionalización de la estructura de la macroestación, con la eliminación de un edificio y el paso de 5 a 4 andenes, además de cambios importantes en el vestíbulo y la cubierta de toda la estación, que será menos ornamentada. La pieza más importante del nuevo acuerdo es el concurso para comercializar los 6.000 metros cuadrados de los vestíbulos de la estación, que podría estar listo en un año y medio. Sobre el rascacielos de Gehry poco se sabe, pero parece que la idea sigue en pie. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, explicó que durante su reciente visita a Estados Unidos se reunió con el afamado arquitecto para plantearle, precisamente, una versión más modesta del edificio.

En cualquier caso, entre los vecinos hay una mezcla de optimismo y cansancio. Roger explica que a menudo tiene la sensación de vivir en las inmediaciones de la Sagrada Familia. «Mi calle lleva cuatro años cerrada y la sensación es que no la obra no avanza. Espero que esta vez sea la definitiva porque el barrio se resiente y está sucio». Carlos, por su parte, confía en que el nuevo proyecto no afecte a las zonas verdes previstas. «Espero que los nuevos recortes no afecten al parque, es lo que más ilusión nos hace a los vecinos», apunta.

La construcción de la estación se enmarca dentro de uno de los proyectos más ambiciosos que ha emprendido Barcelona desde los Juegos Olímpicos. No en vano, se trata de reurbanizar 164 hectáreas de los barrios de Sant Andreu y Sant Martí. El proyecto consiste en conectar estos dos barrios que actualmente están separados por las vías del tren que discurren a cielo abierto. Del total de hectáreas, según el redactado original, un 80 por ciento se dedicarán a zonas verdes y equipamientos. El 20 por ciento restante, originalmente, estaba destinado a zonas residenciales. La reforma urbanística contemplaba la creación del parque del Camí Comptal. Un parque que parecía salido de la imaginación de algún paisajista de la corte de Luís XIV ya que a lo largo de 40 hectáreas y cuatro kilómetros sobre la cubierta de las vías del tren proyectaba cinco espacios separados con bosques, fuentes y áreas de descanso. El presupuesto del parque, sin ir más lejos, era de 72,5 millones de euros.

Desencallar el tren lanzadera al aeropuerto

Al margen de la Sagrera, el ministerio de Fomento ha recuperado otro proyecto ferroviario largamente reivindicado por Barcelona: el tren al aeropuerto. La ministra, Ana Pastor, explicó que a finales de septiembre los técnicos le entregarán el informe de viabilidad de la propuesta de la Generalitat de desencallar los accesos ferroviarios a la T1 del aeropuertoa través de un tren lanzadera en 2017. Se prevé que la frecuencia sea de 15 minutos y conecte el aeropuerto con Sants, Passeig de Gràcia, El Prat, así como con la futura estación de La Sagrera.