Barcelona
Luz y vida para captar el infinito
La Fundación Mapfre acoge una retrospectiva del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto
Abrir y cerrar los ojos, como en la canción de Otis Redding, sentado en el puerto de la bahía. Ver el horizonte pintado y después cerrar los ojos capturando la imagen en la mente.. Volverlos a abrir y comparar las dos imágenes y luego volverlos a cerrar. Aquí ya habrá una tercera fotografía mental totalmente diferente. Así hasta el infinito, y lo que quedará, podría ser perfectamente la serie «Seascapes», del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto, que forma parte principal de la primera retrospectiva de este artista multidisciplinar, auténtico referente de la fotografía conceptual contemporánea.
La Fundación Mapfre acoge la exposición «Black Box», en la que se recogen 40 años de trabajo del artista japonés. En total, son cinco de sus series más reconocidas, que conforman un conjunto de 41 fotografías de gran formato. Para Sugimoto, son pequeñas «cápsulas del tiempo» que atrapan el pasado y lo proyectan al futuro.
Además de la serie «Seascapes», también se podrán ver «Portraits», que incluyen retratos a las figuras de cera del museo Madam Tussaud de Londres, centrados en Enrique VIII y sus esposas, con Ana Bolena a la cabeza. Otra de las series es «Theaters», que muestran salas de cine clásicas o autocines totalmente vacío, pero con la luz de la pantalla brillante, que juegan a ser una especie de reflejo vacío del mito de la caverna de Platón.
La siguiente serie es «Dioramas», donde reúne fotografías de cuadros de paisajes prehistóricos y de animales embalsamados que parecen engañosamente reales y que pretenden «dar vida a lo que está muerto, o al menos dar la impresión de vida». Por último, la exposición incluye «Lightning Fields», una muestra de instantáneas realizadas sin cámara fotográfica, sino un sistema para capturar la luz de las descargas eléctricas sobre los negativos fotográficos y cuyo resultado es estremecedor.
Sugimoto, nacido en Tokio en 1948, se mueve lentamente y habla más lentamente todavía, dando la impresión de nunca vivir dónde está, como uno de esos genios despistados, sino en algún lugar alejado, congelado, donde no hay acción, todo está muerto y él puede capturar. La exposición es una muestra perfecta de cómo funciona su imaginación, un mar muerto que espera la luz, el rayo, para saltar a la vida.
Dónde: Fundación Mapfre.
C/ Diputación, 250.
Cuándo: hasta el 8 de mayo. l tel: 93 401 26 03.
«La fotografía tiene hoy mucho prestigio. Sólo hay que ver lo que pagan»
Hiroshi Sugimoto presenta en la Fundación Mapfre una retrospectiva de las principales series de su aclamado trabajo.
L.R. - Barcelona
– ¿Qué le hizo interesarse por la fotografía en lugar de otras dormas de arte?
– Ya con doce años era bueno haciendo fotos, así que cuando mu mudé a Nueva York en 1974 decidí por la fotografía. En los 70 años, ni siquiera era considerado como una de las bellas artes, así que me ambición es que tuviese la máxima consideración artística.
– ¿Ha cumplido esta ambición?
– Claro, hoy día la fotografía tiene el mismo reconocimiento que cualquiera de las bellas artes, lo que me enorgullece. Y no es que lo diga yo, para comprobarlo sólo hay que ver el mercado. Lo que se paga hoy día por obra fotográfica lo demuestra.
– Su virtuosismo técnico y dedicación es legendaria.
– En realidad, trabajo en una fotografía el mismo tiempo que un pintor pueda hacer por un cuadro, así que en ese sentido el esfuerzo y dedicación es el mismo. Por eso quería que tuviesen la misma apreciación crítica.
– ¿Qué le interesa tanto de Marcel Duchamp?
– Es mi mentor. Puede que visualmente no se perciba su influencia, pero su forma de pensar, su estilo, su cinismo es algo que disfruto y que ha marcado todo mi trabajo.
– A primera vista no parece usted un artista cínico.
– Pues lo soy, soy alguien muy pesimista. En realidad, todo mi trabajo es una obsesión por dar la impresión de vida a cosas en realidad muertas.
– Háblame de una de sus series más famosas, «Seascapes», de paisajes del mar.
– Son mi primera memoria, las imágenes que me vienen a la cabeza de mi niñez. Es la imagen que aparece del inconsciente y se hace consciente y con las fotografías grabo esta irrupción. Por eso esta serie gusta a la gente, porque comparten esta especie de memoria esencial. Demuestran del poder de la imagen.
– Uno de los fans de estas imágenes es Bono, que utilizó una de esta serie para la portada de «No line on the horizon»
– Tenemos un amigo común. Nos reunimos en su casa en el sur de Francia y me pidió si podía utilizar la fotografía para su disco. Yo le dije que sí, si salía tal cual, sin letras ni el nombre del grupo en la imagen. Él aceptó. Ahora somos buenos amigos.
– ¿Y por qué trabaja siempre a partir de series?
– Porque la base del arte es comparar y con las series se puede establecer estas conexiones, ver lo que es bueno y lo que es malo.
– El tiempo, o la captura del mismo, también parece una se sus obsesiones.
– No hay nada que permanezca, todo desaparece, incluso el universo. La fotografía es una rotura entre esta realidad. Mis fotografías demuestran que todo está muerto mientras permanece con vida.
– ¿Y ahora en qué está trabajando?
– Ahora estoy haciendo una serie de teatro tradicional japonés, así como de una producción de marionetas que viaja a Madrid, Roma o París.
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