Reforma educativa
Mas anuncia un frente catalanista para plantar cara a la «ley Wert»
La Generalitat acudirá al TC si el Gobierno no da marcha atrás a la «invasión competencial».
Si Artur Mas tiene una especialidad, ésa es la de convocar cumbres. El presidente catalán suele pensar que es una buena idea organizar una reunión en el Palau de la Generalitat y rodearse de gente. En breve volverá a hacerlo con el propósito de plantar cara al proyecto de ley de reforma educativa aprobado el viernes por el Consejo de Ministros. «Cataluña tiene que unirse para hacer una defensa cerrada de nuestro modelo educativo y lingüístico», proclamó ayer Mas, de visita en Torrelavit (un municipio del Alt Penedés en Barcelona).
Se trata de la segunda ocasión a lo largo de este mandato en que el presidente de la Generalitat convoca una reunión de estas características. Ya lo hizo a principios de diciembre, muy poco después de volver a ser investido, para desafiar el anteproyecto de la misma norma, la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), conocida como Ley Wert. «No ahorraremos energías, ni esfuerzos, ni capacidad institucional para hacer frente a la ofensiva del Gobierno del PP», dijo entonces, usando un lenguaje bélico.
Mas retomó ayer ese mismo tipo de discurso para justificar la cumbre que piensa convocar la semana entrante para reunir a los partidos que defienden la inmersión lingüística –que establece el catalán como única lengua vehicular en la enseñanza– junto a la comunidad educativa. «A todo el mundo que se le hace una OPA hostil tiene legítimo derecho a defenderse y nosotros, con todos los medios que tenemos a nuestro alcance, defenderemos con uñas y dientes nuestro sistema educativo», arguyó.
Una ley «predemocrática»
Según la Generalitat, la LOMCE supone una invasión de las competencias exclusivas en educación de la Generalitat, ya que de golpe no puede fijar el currículum ni controlar las evaluaciones de los escolares. Protesta también por el uniformismo que inspira el anteproyecto e incluso asegura que es una involución de una enorme envergadura. «Es una ley predemocrática: nos sitúa competencial antes del decreto de los 1981», considera la consellera de Enseñanza, Irene Rigau.
Tan grave ve la amenaza el presidente de la Generalitat que no dudó en advertir al Gobierno de que plantará batalla hasta perder el aliento. «Esta gente que quiere dividirnos, que quiere que dañar nuestros modelos, que quiere romper la cohesión social serán combatidos por vías democráticas, pero hasta las últimas consecuencias en defensa de lo que nos hemos ganado con trabajo de muchos años».
La Generalitat también anunció que acudirá al Tribunal Constitucional si la LOMCE no experimenta cambios sustanciales. Según el conseller de Interior, Ramon Espadaler, el grupo de CiU en el Congreso intentará corregir la ley con enmiendas pero «si acaba en una ley que no varía porque el PP aplica el rodillo», advirtió, acudirán al Alto Tribunal.
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