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Mejor que en Viena

El Palau de la Música presenta su tradicional Concert de Sant Esteve, que con sus 105 años es uno de los más antiguos de toda Europa

Un momento del Concert de Sant Esteve del año pasado
Un momento del Concert de Sant Esteve del año pasadolarazon

Lo buscó desesperado, pero no estaba en ningún lado. Pablo le rogó a su padre que lo buscase otra vez, que lo necesitaba para poder dormir, pero nadie sabía ya dónde mirar. No era más que un peluche. Sí, tenía más. Aún así.

Lo buscó desesperado, pero no estaba en ningún lado. Pablo le rogó a su padre que lo buscase otra vez, que lo necesitaba para poder dormir, pero nadie sabía ya dónde mirar. No era más que un peluche. Sí, tenía más. Aún así. Se llamaba Otto, una cabrita negra de peluche de grandes ojos dorados, y se había perdido. «¡Otto!», gritó Pablo, y empezó a llorar. «¡Otto!». Llamarlo no servía. «¡Otto!» y sus gritos despertaron a su hermana, que le gritó que se callase de una vez. «No te preocupes, no puede haber desaparecido. Está en casa, sólo que esa cabrita es muy traviesa. Aparecerá, te lo prometo», dijo su madre, pero eso no le servía al niño. Quería a Otto, no había prorrogas, ni aplazamientos. Nunca podría volver a dormir sin abrazarlo otra vez.

Ya era tarde, muy tarde, y sus padres no sabían que hacer. El niño era uno de los nuevos cantantes del Cor Petits del Orfeò Català y al día siguiente tenía un importante concierto, uno importante de verdad, el Concert de Sant Esteve. Su madre tenía miedo que se quedase sin voz, pues cuando el niño lloraba, sus pulmones se llenaban de aire y salía a través de gritos que podían provocar huracanes. «¡Otto!», volvió a exclamar y su hermana gruñó con rabia y se tapó la cabeza con la almohada.

«Y si le cantas uno de los villancicos que harás mañana. Quién sabe, quizá venga a verte», dijo su madre. El niño no estaba muy convencido, pero empezó a cantar y entonces ya no hubo más gritos, y después desapareció la desesperación, y después la ansiedad, y, por último, la tristeza, y cuando su madre lo volvió a mirar, tras recoger un poco su cuarto, vio que el niño estaba durmiendo. La Navidad necesita cantarse, dijo riendo, y fue a tapar a su hijo. Al levantar las mantas, vio que el niño estaba abrazado a Otto. La madre sonrió, sin entender cómo había aparecido aquel animal de repente. Tenía muchas preguntas en la cabeza, pero bah, se dijo, la Navidad sólo necesita cantarse.

El Palau de la Música acoge el próximo 26 de diciembre su tradicional Concert de Sant Esteve, auténtico acontecimiento musical de la ciudad, que se celebra desde 1913, más de 2o años antes que el Concierto de Año Nuevo de Viena, por ejemplo. El concierto, como es tradición, reunirá a toda la familia coral del Orfeó Català y el Cor de Cambra del Palau, lo que significa 330 voces en escena para interpretar un programa basado en villancicos y cantos tradicionales. Su impacto es tan grande que en junio ya se vendieron todas las entradas, pero quien quiera disfrutarlo podrá verlo en directo en TV3 o escucharlo en Catalunya Ràdio. «El año pasado conseguimos más de 200.000 espectadores, lo que demuestra el interés que despierta», aseguró ayer Joan Oller, director general del Palau.

Este año, el leit motif que articulará todo el espectáculo serán los animales navideños, haciendo incapié en el villancico «Santa Nit», que este año se celebra su 200 aniversario. De esta forma, se cantará al principio en su versión alemana original y al final se volverá a interpretar, esta vez en catalán, invitando al público a cantar con los coros. «Aunque la fuerza del concierto no es sólo su repertorio tradicional, sino que permite encargar obra nueva a compositores catalanes», insistió Oller.

De esta forma, se podrá oir tanto nuevas canciones como arreglos. Marc Timón presentará «Poema épic de Nadal». Joan Magrané ha compuesto «Mai no arribarà», basada en un poema de Màrius Sampere. Y, por último, el Cor Jove interpretará «Ave Maris Stella», de Josep Maria Guix. Entre los nuevos arreglos destacan «Betlem me'n vull anar», por Marian Márquez; «Carols of the birds», de William G. James, con arreglos de Marc Timón. Y también habrá una nueva versión de «El noi de la mare», interpretada por las mujeres de todos los coros del Orfeó. El concierto incluirá muchas más sorpresas y servirá para presentar a Pablo Larraz, hasta ahora subdirector del Orfeó, como nuevo director principal de la formación.

Palau de la Música. C/ Palau de la Música, 4-6. Barcelona.

Cuándo: El 26 de diciembre.

Cuánto: Entradas agotadas. Directo en TV3.