Mossos y Guardia Civil, una historia de Lorenzo Silva

En la actualidad, la unión, el entendimiento, incluso el sentido común no copan los titulares de la Prensa. Lo que se quiere es el enfrentamiento, la diferencia, la bronca. Cataluña es un excelente termómetro de esta tendencia. Por eso, la excelente coordinación existente hoy día entre Guardia Civil y Mossos d'Es-quadra, unidos por un único e importantísimo objetivo común, el servicio al ciudadano y la lucha contra el crimen, pasa desapercibido. Pero existe, y ni siquiera es algo que aplaudir, es algo que debería darse por hecho. Sin embargo, muchos quieren negarlo.

Lorenzo Silva, último ganador del Premio Planeta con «La marca del meridiano», es de esa clase de escritores que no les gusta hablar de oídas, que va a la fuente a informarse y que si tiene que escribir una novela negra, pasa horas y horas hablando con los cuerpos policiales, de la Guardia Civil a la Policía Nacional o los Mossos d'Esquadra, para reflejar la realidad tal cual se produce. Y él no tiene duda, la colaboración entre los diferentes cuerpos es implecable, y no sólo eso, sino que es imprescindible para combatir la nueva lacra de nuestro tiempo, el crímen organizado. «Me han llegado a decir que soy demasiado políticamente correcto por describir una verdad incuestionable, la cooperación entre Guardia Civil y Mossos en pos de una mayor eficacia contra el crimen. Parece que prefieran pensar que se llevan fatal», señaló ayer Silva.

El escritor presentó su novela, de nuevo protagonizada por el brigada de la Guardia Civil Ramon Bevilacqua y la sargento Virginia Chamorro, escoltado por el comandante de la Guardia Civil en Cataluña José Daniel Baena y la comisaria de los Mossos d'Esquadra Cristina Manresa, que no dudaron en agradecer a Silva que por una vez refleje los complicados mecanismos de la investigación criminal fiel a como se produce realmente. «A un nivel político, puede haber diferencias, pero a nivel de cuerpo, la relación es magnífica y la cooperación esencial para nuestro trabajo», aseguró Manresa.

La imagen de conflicto entre cuerpos es casi cultural, arraigada por películas americanas que en nada tienen que ver con la realidad española o catalana. «La gente ve al sheriff del pueblo delante de un cuerpo y como de repente vienen los inspectores del FBI y casi lo echan de la escena del crimen. Esto sería impensable aquí, pero el germen de esta idea ya ha quedado en su visión de la realidad», sostuvo Baena.

Lo mismo afirma Manresa, quien asegura que «lamentablemente, hay demasiados malos para que nos peleemos por ellos». Los dos policías, por eso, agradecieron a Silva la pedagogía que hace sobre el verdadero funcionamiento de sus cuerpos. Manresa incluso confesó tener «envidia» por que Silva no haga a los Mossos protagonista de la novela.