El desafío independentista

Neus Munté, el guiño social de Artur Mas

La Razón
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El nombramiento de la consellera de Bienestar Social y Familia, Neus Munté, como nueva vicepresidenta de la Generalitat y portavoz del Govern es un guiño del president Artur Mas para hacer más visibles sus políticas sociales, cuestionadas desde muchos ámbitos. Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona y máster en Derecho Público y Organización Administrativa por la Universidad Pompeu Fabra, Neus Munté Fernández (Barcelona, 1970), representa también el ascenso de la nueva generación de políticos que apenas vivieron la Transición.

Pese a los recortes presupuestarios y de prestaciones sociales, la infrafinanciación de la Ley de la Dependencia -que Munté siempre ha atribuido exclusivamente al Gobierno central- y los retrasos en los pagos de los conciertos y subvenciones, la nueva vicepresidenta ha sabido mantener unas relaciones cordiales con las entidades sociales catalanas, quienes le reconocen capacidad de diálogo.

Esa falta de conflictividad en su departamento, pese a ser uno de los que más ha tenido que lidiar con la crisis y el aumento de la pobreza en Cataluña, es posiblemente una de las causas del ascenso con el que le ha premiado Mas, quien también ha visto en ella una buena comunicadora para relevar a Francesc Homs como portavoz del Govern.

Munté es prudente en sus declaraciones y poco dada a dar titulares escandalosos a los periodistas: buena retórica y el constante usos de perífrasis le evitan caer en preguntas capciosas.

Su interés por los asuntos sociales le vienen de lejos puesto que trabajó como abogada de UGT de Cataluña, donde fue miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional de la Federación de Servicios Públicos del sindicato entre 1996 y 1999. También fue secretaria de Organización de Empleo y Educación y secretaria de Política Institucional de UGT Cataluña entre 2004 y 2010.

En su departamento no le ha asustado rectificar cuando alguna entidad social le ha hecho ver injusticias o equivocaciones, como cuando decidió aumentar el dinero de bolsillo para los discapacitados que viven en las residencias y que tuvieron que aumentar el copago en función de su patrimonio.

O hace pocas semanas, cuando se equivocó al cobrar con efectos retroactivos un copago a internos de una residencia de Can Ruti, en Badalona (Barcelona). Su discurso social siempre ha acompañado a las entidades sociales con las que ha trabajado, "la lucha contra la pobreza es nuestra prioridad", se ha cansado de repetir, aunque no ha conseguido un Pacto contra la Pobreza de todos los partidos, como sí sucedió en el Pacto por la Infancia.

Munté siempre ha culpado al Gobierno central de la falta de recursos económicos para financiar las políticas sociales y, en concreto, la ley de la Dependencia y buena parte del discurso de su departamento se ha basado en echar siempre la culpa a los incumplimientos del gobierno central en la Ley de la Dependencia.

Una de las mayores críticas que recibió fue cuando decidió suspender las prestaciones a las personas que estaban en geriátricos privados a la espera de una plaza pública. Pese a ser también la responsable de las políticas de inmigración, de infancia, de juventud y de mujer -el Institut Català de la Dona depende de su consellería-, que son los colectivos más castigados por la crisis, no le han supuesto ningún desgaste político.

Militante de CDC desde 1996, Munté fue jefa de gabinete del Departamento de Enseñanza de la Generalitat entre 1999 y 2002, y también diputada autonómica entre 2002 y 2003, cuando fue portavoz de Enseñanza de CiU en el Parlament y presidenta de la comisión de Igualdad de las Personas. Antes, fue secretaria general adjunta de las Juventudes Nacionalistas de Cataluña (JNC) entre 1998 y 2000, informa Efe.