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¿Puede una escuela concertada cobrar 878 euros al mes por alumno?

Los colegios concertados se juegan perder las ayudas públicas para los alumnos de primaria en el curso 2020-21, cuando entre en vigor el pacto contra la segregación escolar

Por ley, la escuela concertada no puede elegir a los alumnos, pero las cuotas, teóricamente voluntarias que cobran, pueden hacer de filtro –pueden ir de los 59,50 euros de los Corazonistas a 389,86 de la Fundació Jesuites Sant Ignasi–. Escola Cristiana alega que la pública recibe 6.000 euros por alumno y ellos 2.000 euros y pide que la Generalitat audite el precio real de una plaza escolar
Por ley, la escuela concertada no puede elegir a los alumnos, pero las cuotas, teóricamente voluntarias que cobran, pueden hacer de filtro –pueden ir de los 59,50 euros de los Corazonistas a 389,86 de la Fundació Jesuites Sant Ignasi–. Escola Cristiana alega que la pública recibe 6.000 euros por alumno y ellos 2.000 euros y pide que la Generalitat audite el precio real de una plaza escolarlarazon

La Generalitat negocia con 16 centros concertados que piden pasar a ser de titularidad pública tras perder alumnos

La escuela concertada, que impulsó el Gobierno de Felipe González en los años ochenta para democratizar y alargar la enseñanza obligatoria y gratuita hasta los 16 años, está hoy en el punto de mira. Hace 34 años, cuando no había suficientes centros públicos para formar a más alumnos y construir no era un «plan B», el Estado optó por pagar a colegios privados para que funcionaran como públicos. Muchos centros, seis de cada diez religiosos, se integraron en el sistema público. Acordaron mismos requisitos de admisión y mismo «modus operandi». Sus defensores alegan que tiene una función social. Pero sus críticos, que cada día son más, según denuncia la Fundación Escola Cristiana de Catalunya, desde que, a raíz de los recortes, partidos como la CUP o sindicatos como la USTEC reclaman el dinero de la concertada para la pública, lamentan que cronifica la distribución desigual de los alumnos por origen o condiciones socioeconómicas.

Aunque por ley no pueden seleccionar a los alumnos, la cuotas voluntarias que cada centro pide en concepto de fundación, material didáctico o equipamientos, por ejemplo, hacen de filtro.

Después de que el Síndic de Greuges advirtiera de que Cataluña tiene un serio problema con la segregación escolar –un centenar de colegios concentra más de un 50% de alumnos extranjeros–, la pasada primavera, las administraciones catalanas aprobaron el Pacto contra la Segregación Escolar. Durante este curso, el departamento de Educación redactará un nuevo decreto de admisiones que entrará en vigor el curso 2020-21. El secretario de Políticas Educativas, Carles Martínez, avanzó que trabajan con la idea de retirar las ayudas públicas a los centros concertados que cobren cuotas excesivas a las familias. La medida sólo afectará a primaria, cuyos conciertos vencen en 2020. Los conciertos de infantil y de secundaria se renovaron hace un año y tienen una vigencia de cuatro años.

Las cuotas voluntarias que cobran las escuelas concertadas pueden variar en más de 500 euros. Por ejemplo, la escuela pública de Les Corts cobra 117 euros al mes por la comida y 80 euros anuales de material más 98 euros para salidas a un alumno de 3º de primaria. En el mismo distrito, el colegio Sant Paul’s School, que ofrece una educación trilingüe en unas instalaciones de élite –dos gimnasios cubiertos y tres pistas deportivas–, las familias de un niño del mismo curso pagan 878 euros al mes. «Este precio incluye las comidas y el material escolar, pero no las excursiones», matiza una madre.

En la zona alta de Barcelona, el lugar que concentra más colegios por metro cuadrado de Europa, el precio que paga un alumno de primaria de un centro concertado puede llegar a sumar una diferencia de 500 euros. El Sagrat Cor cobra 200 euros por enseñanza más 140 de media pensión al mes. El Montserrat cobra 144,45 euros en concepto de Fundación M. Pilar Mas, que «potencia la calidad de la enseñanza», 75 euros de actividades complementarias y 151,85 de menú.

La Escola Thau cobra una aportación voluntaria de 244,38 euros y 217 por actividades complementarias y comedor, 461 al mes. Y los Jesuitas de Sarrià 171,13 de media pensión y 274 de fundación, seguro, material y actividades pedagógicas. La cuota mensual de estos dos centros se acerca a la de la escuela Aula, privada, que cuesta 545 euros al mes (305,50 en concepto de enseñanza, 59,50 de complementos, 142 de comedor, 60 para financiar nuevos edificios más descuentos). La Fundación Escola Cristina que cuenta con 250.000 alumnos y 18.000 profesores, espera la auditoría de la Generalitat que debe cuantificar el precio de una plaza escolar. Mientras, recuerda que las cuotas ayudan a paliar el déficit de financiación que sufren. «La pública recibe 6.000 euros por alumno y la concertada, 2.000 euros», precisa su portavoz, Sergi Gallego.

16 centros concertados negocian pasar a ser públicos

Por segundo año consecutivo, la demanda de la escuela pública en Barcelona este curso ha superado las solicitudes de plazas concertadas. El 51,4% de las familias optó por la pública. Tras constatar un cambio de tendencia, el Govern aprobó un decreto ley para convertir escuelas privadas o concertadas en públicas. La Fundación Escola Cristiana señala que Girona es la provincia donde más familias cambian la concertada por la pública y sopesan que en cinco años algunos centros tengan que cerrar por falta de alumnos.

La primera escuela en dar este paso fue la de Sant Vicenç de Paül, en el barrio de Hostafrancs de Barcelona, que cerró por falta de alumnos. El conseller de Educación, Josep Bargalló, en la presentación del curso escolar, que arranca el próximo día 12, avanzó que la Generalitat negocia con 16 centro concertados para que pasen a ser públicos.