Cataluña

Puigdemont avisa a los cónsules de que tendrán trabajo con el proceso

La Generalitat insta al cuerpo diplomático a buscar complicidades en sus países

El president de la Generalitat recibe al cuerpo consular, en la imagen con Romeva, Baiget y el cónsul decano de Paraguay
El president de la Generalitat recibe al cuerpo consular, en la imagen con Romeva, Baiget y el cónsul decano de Paraguaylarazon

La Generalitat insta al cuerpo diplomático a buscar complicidades en sus países.

Cónsules de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Japón, Argentina y 54 países más. En total 60 cónsules reunió ayer el president Carles Puigdemont, en el Palau de la Generalitat para presentarse y exponerles su proyecto de gobierno: dirigir a Cataluña hacia la independencia. «¡Van a tener trabajo!», exclamó con la intención de romper el hielo. En su primer discurso ante el cuerpo consular de Barcelona –la tercera ciudad no capital con más representantes consulares–, Puigdemont no se anduvo con metáforas. Habló, como dice el dicho, «clar y català» y un poco en castellano. «Ustedes saben que este país está caminado hacia su independencia», dijo.

Pese a que la experiencia demostró en su día a Artur Mas que los países y organismos internacionales no quieren entrometerse en el debate entre Cataluña y España por la secesión, Puigdemont intentó en balde buscar complicidades. Con un discurso en el que pretendía jugar con el humor para que nadie se sintiera incómodo avanzó al cuerpo consular que desde el gobierno catalán «les daremos mucho más trabajo del que se supone en un consulado general ordinario». «Barcelona no es una ciudad ordinaria, Cataluña no es un país ordinario y el proceso que vivimos no es ordinario, todo esto es extraordinario», alegó.

También probó tejer complicidades a través de la empatía. «Algunos de ustedes han conocido procesos similares y tienen experiencia sobre como resolver estas situaciones», dijo. Le faltó decir al cónsul británico «y no miro a nadie».

Y para prevenir malentendidos con el cuerpo diplomático español invitó a los cónsules a trasladar al Govern todo aquello que preocupa a los ciudadanos de sus estados. Además de animarles a dialogar con la Generalitat les puso deberes, les pidió que «expliquen bien» el proceso soberanista en sus países y que trasladen a su gente «la realidad de un país que quiere crecer con su gente, con factura democrática, una apelación al diálogo permanente y una vocación indestructuble de internacionalización».

Pero el decano y cónsul general de Paraguay, Juan Alfredo Buffa, bregado en el campo de la diplomacia, no recogió el guante. Al menos, en público. En su discurso, evitó cualquier referencia al proceso soberanista. Una muestra del arte de la diplomacia.