CUP
Puigdemont planta a la CUP
El president de la Generalitat reta a Colau y sí acogerá a la Coronela y a los Miquelets en el Palau para que desfilen en la Diada.
El president de la Generalitat reta a Colau y sí acogerá a la Coronela y a los Miquelets en el Palau para que desfilen en la Diada.
La CUP tenía dos planes para la primera semana de agosto, finalizar el proceso de votación para elegir a su nuevo secretariado y reunirse con Carles Puigdemont para abordar el debate de la cuestión de confianza. Lo primero está hecho, los anticapitalistas han votado ya a su nueva cúpula, aunque antes de ratificar los resultados, la diputada Anna Gabriel ya advierte de que la dirección escogida seguirá teniendo «tensiones internas». En declaraciones a la Agència Catalana de Notícies (ACN) reconoció que hacía falta un nuevo equipo de trabajo, aunque le avisa de que el debate dentro de la formación sigue vivo y es su deber evitar que esto se vea como una crisis permanente dentro de la CUP.
Lo segundo, reunirse con el president de la Generalitat, queda aplazado hasta después del paréntesis estival. Los anticapitalistas habían exigido a Puigdemont negociar la cuestión de confianza antes de agosto. Pero la votación de las conclusiones del proceso constituyente complicó la agenda. Y esta semana, el president de la Generalitat ha chutado la pelota hacia delante. Como avanza «El País», el encuentro será a partir de la última semana de agosto, cuando se reactiva la actividad política con la celebración del primer Consell Executiu después de las vacaciones. Puigdemont alegó que prefería que la CUP concluyera la renovación de su secretariado, antes de reunirse.
Pese a que la votación de las conclusiones del proceso constituyente, que abren la vía unilateral para avanzar hacia la independencia, parece haber reconciliado de cara a la galería a la CUP con la coalición de gobierno, lo cierto es que chocan en el planteamiento de la cuestión de confianza. La CUP exige al president un referéndum el primer semestre de 2017. Pero Puigdemont, al margen de recordarles que no están en condiciones de pedir nada tras haber roto el acuerdo de investidura con su veto a las cuentas de 2016, les reclama un compromiso con los presupuestos del año que viene. Sin embargo, los anticapitalistas no están por la labor de mezclar ambas cuestiones. El desenlace, que tendrá lugar el 28 de septiembre, día en que el president se someterá a la cuestión de confianza, no se presenta fácil.
La coordinadora del Partit Demócrata Català (PDC), Marta Pascal, se metió ayer en el debate. Pidió a la CUP que «recapacite» para no forzar unas nuevas elecciones. Lo hizo a través de unas declaraciones a la agencia Efe. «Si la CUP no está a la altura y no es capaz de hacer viable el encargo de las elecciones del 27-S, deberemos ir a otros comicios porque no habrá ningún tipo de margen», alertó. Pascal no descarta el RUI, aunque prefiere una consulta a la escocesa, pactada con el Estado.
Fuentes del Govern calculan que hasta después de la Diada, el TC no volverá a pronunciarse sobre la votación de las conclusiones del proceso constituyente para no exaltar a los independentistas. Pero el 11 de Setembre no se libra de polémicas. Ayer, Puigdemont lanzó un desafío al otro lado de la plaza Sant Jaume, a Ada Colau. Le replicó que la Generalitat acogerá un acto con los Miquelets y la Coronela de Barcelona, que ha participado en los actos los últimos cinco años. Son dos desfiles paramilitares que recrean al camino que hizo Rafael Casanova el 11 de septiembre de 1714. Debían salir de la Porta Gòtica del Consell de Cent, en la calle Ciutat, pero el Ayuntamiento de Barcelona les denegó el permiso porque su actividad no se adecuaba al tipo de celebración solemne que plantea el Consistorio, que además, descarta desfiles de época. Puigdemont les dejará salir desde el Palau de la Generalitat, al otro lado de la plaza, para poder hacer su desfile.
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