El desafío independentista
Puigdemont resucita su investidura a distancia antes del juicio del «procés»
El Congreso Constituyente de la Crida se aplaza de nuevo y se celebrará el 26 de enero
Los últimos acontecimientos relacionados con la causa judicial del «procés» han abocado a Carles Puigdemont a una pérdida notable de protagonismo en el independentismo durante los últimos meses, algo que se puede ver todavía más acentuado ante el inminente inicio del juicio.
Los últimos acontecimientos relacionados con la causa judicial del «procés» –desde las acusaciones de la Fiscalía por rebelión a la huelga de hambre de algunos presos– han abocado a Carles Puigdemont a una pérdida notable de protagonismo en el independentismo durante los últimos meses, algo que se puede ver todavía más acentuado ante el inminente inicio del juicio. Para voltear esta dinámica y recuperar el liderazgo, el ex presidente de la Generalitat ha recurrido de nuevo al arma que le llevó al éxito hace un año en las elecciones del 21 de diciembre: prometer que volverá a Cataluña si es investido a distancia. «Si el Parlament me inviste, yo tomaré posesión del cargo y volveré a Cataluña», aseguró ayer a través de las redes sociales, una idea que ya verbalizó a principios de mes en una entrevista en TV3.
Una propuesta que Puigdemont está intentando reimpulsar en un contexto en el que la movilización de las bases independentistas será máxima durante las próximas semanas con el juicio a los presos. De hecho, con tono épico, advirtió en su mensaje que regresaría «abiertamente». «No de manera clandestina. Esto sería un conflicto europeo y volvería bien acompañado y de demócratas europeos para que sean testimonios si en la Europa del siglo XXI se impide o no a un presidente escogido por un parlamento democrático ejercer las funciones que le corresponden legalmente», zanjó.
En paralelo, JxCat ya está trabajando para adecuar el marco legal parlamentario a una investidura a distancia. El 19 de noviembre logró activar la comisión de reforma del Reglamento del Parlament, el primer paso para modificar la Ley, aunque se encontrará con las dudas de ERC durante todo este proceso, que no está dispuesta a volver a la desobediencia si no sirve para «avanzar» hacia la independencia e, internamente, consideran que la promesa de Puigdemont pasaba por regresar automáticamente si ganaba el 21-D, algo que no cumplió en su momento.
Más allá de estas maniobras de Puigdemont, en medio del juicio también, pondrá en marcha su nuevo partido político, la Crida Nacional per la República, siglas en las que pretende aglutinar a todas las formaciones independentistas. Por el momento, ha tenido poco éxito, ya que ni ERC ni la CUP han accedido ni lo harán –y el PDeCat sigue arrojando dudas–, aunque el 26 de enero, fecha en la que se celebrará el Congreso Constituyente, con el juicio de fondo, el clima podría ser de máxima presión para sendos partidos. La fecha inicial del cónclave estaba prevista para el 19 de enero, una semana antes, pero el retraso en los trabajos de las ponencias –política y organizativa– y la huelga de hambre de Jordi Sánchez –uno de los principales responsables–, han obligado a modificar la fecha, según informó ayer Efe. La cita suma así un nuevo aplazamiento, ya que inicialmente se fijó para el 6 de diciembre, tras la puesta de largo de la Crida del 27 de octubre, coincidiendo con el aniversario de la Declaración Unilateral de Independencia.
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