Política exterior

Puigdemont reúne a sus «embajadores» antes de su primer viaje internacional

La Razón
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El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tenía que estrenarse el pasado 21 de marzo en una misión exterior con un viaje a París, pero el trágico accidente de un autocar en Freginals (Tarragona) le obligó a cancelar el desplazamiento. Si nada lo impide, su primer viaje será a Bruselas y se alargará tres días (del 30 de abril al 2 de mayo). Aunque su agenda de contactos todavía no está cerrada, Puigdemont aprovechará su estancia en la capital europea para buscar complicidades comunitarias respecto al proceso soberanista.

El presidente de la Generalitat se propone en esta legislatura multiplicar la acción exterior de su gobierno en todos los sentidos. Para ello ayer reunió en el Palau de la Generalitat a todos sus «embajadores» (el representante permanente ante la UE, Amadeu Altafaj; y los delegados de Francia y Suiza, Martí Anglada; el Reino Unido y Irlanda, Josep Manuel Suárez; Alemania, Marie Kapretz; EEUU, Canadá y México, Andrew Scott Davis; Austria, Adam Casals; Italia, Luca Bellizzi, y Portugal, Ramon Font).

La reunión tuvo por objetivo trazar las líneas de la estrategia exterior para esta legislatura corta y de «transición» hacia un eventual Estado catalán, de la que sólo quedarían 15 meses según las previsiones iniciales del propio Govern. También participaron el secretario de Asuntos Exteriores y de la UE, Jordi Solé; la directora de Relaciones Exteriores, Maria Badia, y el director de Asuntos Multilaterales y Europeos, Manel Manonelles.

Los «embajadores» tienen por misión dar explicaciones del proceso soberanista a nivel internacional aunque prácticamente han renunciado a conseguir apoyos. En paralelo, la Generalitat aspira a reforzar su aparato diplomático a lo largo de la legislatura. Lo hará buscando participar en organismos internacionales y aumentando su red de delegaciones en el exterior.

El Govern tiene planificado abrir próximamente «embajadas» en Rabat (Marruecos) y el Vaticano, tal y como dejó previsto el gobierno de Artur Mas con la aprobación de sendos decretos el pasado mes de junio. La Generalitat aspira a mantener relaciones bilaterales con ambos países, considerados estratégicos para los intereses de Cataluña, pero lo cierto es que, diez meses después de aquellos decretos, el Govern todavía no ha designado a ninguna figura para encabezar la delegación.