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¿Quién le pone el cascabel al patinete eléctrico?

La Guardia Urbana comenzará a multar este otoño a los usuarios que no respeten la normativa

Los patinetes se han convertido en un elemento más del paisaje urbano barcelonés. Foto: MIQUEL GONZÁLEZ/SHOOTING
Los patinetes se han convertido en un elemento más del paisaje urbano barcelonés. Foto: MIQUEL GONZÁLEZ/SHOOTINGlarazon

La Guardia Urbana comenzará a multar este otoño a los usuarios que no respeten la normativa.

Los patinetes y, especialmente, los patinetes eléctricos se han convertido por méritos propios en un elemento más del paisaje urbano barcelonés. Su naturaleza híbrida, sin embargo, los deja en un limbo viario al que el Ayuntamiento intenta poner coto. Al fin y al cabo, para aquellos que se desplazan habitualmente en transporte público, los patinetes pueden rentabilizarse en unos cuantos meses. No en vano, el precio oscila entre los 350 y los 4.000 euros.

El éxito de estos vehículos se hace evidente en la calle, donde cada vez es más fácil verlos circular. Esta situación ha motivado que la Guardia Urbana haya decidido intensificar los controles tras el verano. El objetivo es garantizar que cumplan la normativa: deben circular obligatoriamente por el carril bici. Si este se encuentra en la acera, como máximo pueden a 10 km/h y si, en cambio, el carril está ubicado en la calzada, la velocidad máxima permitida es de 30 km/h. La edad mínima para conducirlos es de 16 años y, con respecto al casco, sólo es obligatorio para los patinetes de tamaños más grandes (más de 25 kilos). Pero el uso cada vez más diverso de estos vehículos puede hacer que pronto la normativa cambie de nuevo.

Los que tienen un peso igual o inferior a 25 kilos son los de tipo A y pueden circular por carriles bici, calles con plataforma única y parques. A la hora de estacionarlos, se prohibe atarlos a árboles y mobiliario urbano o impidiendo el paso de los peatones. En cuanto a los vehículos con un peso de más de 25 kilos y hasta 50 kilos –es el caso de los segways–, se clasifican como de tipo B y las condiciones para ellos son las mismas que para los de tipo A con una excepción: también pueden moverse por las calzadas de las calles 30.

De este modo, circular por la acera a determinadas velocidades, hacerlo por encima de zonas verdes o de manera negligente, llevar los auriculares puestos, utilizar el móvil, desplazarse de forma temeraria o hacer caso omiso de los semáforos son algunos de los supuestos por los que los usuarios de patinetes eléctricos pueden ser multados con sanciones de entre 100 y 500 euros, según la normativa que está ultimando el Ayuntamiento.

La teniente de alcaldía de Ecologia, Urbanisme i Mobilitat, Janet Sanz, aseguró que los agentes de la Guardia Urbana empezaron hace meses a imponer sanciones a los conductores de estos y otros vehículos de movilidad personal (VMP), como por ejemplo los segways, y que este septiembre, cuando ya hace «más de un año de la aprobación» de la ordenanza que se creó para ellos, se ha intensificado la actividad sancionadora.

Sanz explicó además ves de patinetes eléctricos y vehículos similares porque están considerados respetuosos con el medio ambiente y la teniente de alcaldía ha presentado la Semana Europea de la Movilidad, que tiene como objetivo promover hábitos para desplazarse más sostenibles y que se celebrará en Barcelona del 16 al 22 de septiembre. Terminará, como cada año, con el Día sin Coches, que esta vez coincide con las fiestas de la Mercè, lo que ha condicionado los cortes de calles característicos de esta jornada.

Estos se limitarán a la Via Laietana y Gran de Gràcia y en el caso de esta última arteria, la circulación solo quedará interrumpida a partir de las 17 horas. La Semana de la Movilidad incluirá talleres, conferencias, una carrera de distintos modos de transporte el 19 de septiembre y actividades en espacios que habitualmente son plazas de aparcamiento el día 21.