Cataluña
Quim Torra: «Conocíamos más la Barcelona romana que la de 1714»
Director del born centro cultural
¿Cómo acaba un editor como usted al frente del Born Centro Cultural?
– Supongo que también porque querían que aquí estuviera al frente un director de un nuevo equipamiento cultural, pero también con conocimientos de «management». Antes de ser editor estuve veinte años trabajando en la empresa privada como directivo de una multinacional aseguradora en Suiza. Supongo que este componente se ha tenido en cuenta. Sin embargo, creo que lo que realmente se quiere en el Born es que sea un centro vivo, que culturalmente toque muchos puntos de vista, por lo que requería alguien con cierta actividad pública, capaz de hacer una programación amplia y diversa, en la que hablemos tanto de literatura, música o historia.
– Después de la inmersión que ha tenido que hacer en 1714, ¿qué ha aprendido que no supiera?
– Pienso que de 1714 podía tener un conocimiento como el de todo el mundo, el de los cuatro titulares, Casanova y poca cosa más de la guerra de Sucesión. En primer lugar, la enorme y fascinante Barcelona de antes de la guerra y, por tanto, del país es una de las grandes lecciones de haber venido al Born. La explosión de luz y modernidad de aquella Barcelona que está exportando a medio mundo es muy sorprendente. Soy de los que estudió en la escuela que la guerra de Sucesión trae a los Borbones, que se lleva por delante una estructura anquilosada y moderniza el país. Ahora me voy con la impresión contraria. Barcelona era una ciudad en la que alguien de la calle, los ciudadanos podían llegar a ser consejeros mientras que los nobles no estaban presentados en el consejo. Es decir, es una ciudad que se organiza en ella misma, muy importante, capital del país y que funciona como una ciudad estado. Por otra parte, se entiende mucho mejor por qué luchaban aquellos catalanes. Es muy interesante cuando se ve que todo estaba escrito, que hay centenares de documentos y testimonios de lo que pasó, algo que no conocía salvo esa esa figura fantástica de Francesc de Castellví, autor de «Narraciones históricas». Ahora podemos explicar muy bien lo que pasó. Esos bandos de guerra, la existencia de un ejército que defensaba el país, todo eso lo desconocía. Cataluña funcionaba. Era una república «de facto».
– Le dan mucha importancia a los nombres secundarios en el Born. ¿Por qué?
– Hemos querido entrar en ese mundo, yendo más allá de Casanova y Villarroel, descubriendo que hay un Francesc de Castellví o un coronel que llama Sebastià Dalmau, un mercader que se paga de su bolsillo regimientos de la ciudad. Hemos querido descubrir esos detalles que hacen esto más apasionante.
– Explicar esos hechos desde una nueva perspectiva, ¿implica revisionismo?
– Explicamos los hechos desde dos puntos de vista. Por un lado, la vida privada y, por otro, el gran marco político e histórico. No creo que en eso seamos muy novedosos porque la vida privada últimamente va cobrando importancia, pero es un punto muy importante gracias a la puerta abierta por Albert García Espuche y sus descubrimientos. Respecto al tema histórico, no nos alejamos mucho de lo que, por ejemplo, ha explicado de manera novelada Sánchez Piñol en «Victus» o Alcoberro y Alvareda en sus ensayos. Eso sí, lo hacemos desde una manera visual y emocional. Aportamos «zoom», algo que no se había hecho antes.
– ¿Qué impresión le gustaría que se lleve el público?
– El descubrimiento de un mundo que hasta ahora teníamos oculto. Conocíamos más la Barcelona romana que la del XVIII y aún tenemos pendiente la del XX. ¿Dónde está el museo que explique el Modernismo, el Noucentismo, la Segunda República o la represión franquista? Como decía Rovira i Virgili, para los catalanes conocer la historia es un deber y una necesidad.
– ¿Qué legado nos ha dejado 1714?
– Es sobre todo de libertad. ¿Por qué luchaba esa gente? ¿Era una guerra de sucesión en España? Bueno, pues esa idea de ser como éramos, de libertad hasta el final tiene un punto de épica sobre todo en la última fase cuando pierden a todos los aliados y aquí tozudamente se sigue luchando. Tiene un punto de personalidad propia e impactante.
– ¿Un centro cultural como el del Born puede vivir al margen de la situación política que se está viviendo en Cataluña? ¿La realidad actual se ha filtrado en el museo?
– Pienso que no, aunque sí lo hará en las actividades culturales porque aquí no solamente hablaremos de historia y de 1714. Aquí vendrán poeta contemporáneos a leer sus versos, haremos conferencias en las que debatiremos sobre el futuro de Cataluña. Estamos en 2013, pero en lo que es el análisis histórico no pasará lo que me pregunta.
– Antes de su inauguración se ha acusado al museo de que su contenido está politizado. ¿Es así?
– Eso se dice porque no se ha visitado el museo. Podemos tener todas las discusiones, pero no nos hemos escapado del rigor y de hacer las cosas lo mejor posible. También pido que se vea toda la actividad cultural y luego hablamos.
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