El desafío independentista
S'ha Acabat, el antídoto constitucionalista al activismo independentista juvenil
La organización, heredera de Joves de Societat Civil, nace para «dar la cara» ante el separatismo
Tras años de monopolio independentista en la calle, el constitucionalismo civil despertó masivamente en la fase decisiva del «procés», como reacción al referéndum ilegal del 1 de octubre y a la DUI, cuando diversas manifestaciones contrarias a la independencia desbordaron Barcelona.
Tras años de monopolio independentista en la calle, el constitucionalismo civil despertó masivamente en la fase decisiva del «procés», como reacción al referéndum ilegal del 1 de octubre y a la DUI, cuando diversas manifestaciones contrarias a la independencia desbordaron Barcelona. Desde entonces, con Societat Civil Catalana (SCC) como entidad de referencia, la sociedad civil constitucionalista ha ido ganando músculo y ha multiplicado su actividad, aunque se le sigue resistiendo los jóvenes, un colectivo en el que el activismo independentista sigue siendo ampliamente mayoritario, sobre todo en el ámbito universitario. Para invertir esta dinámica nació S’ha Acabat, una asociación juvenil, heredera de Joves de SCC, que pretende tener iniciativa y «dar la cara constantemente» ante el separatismo, según ha explicado su presidente, Josep Lago, en conversación con este diario.
Una declaración de intenciones que ya se ha traducido en diversas acciones, a pesar de los poco más de tres meses de vida de la asociación –se fundó el 4 de octubre–, compuesta por jóvenes de entre 18 y 35 años. La de mayor eco tuvo lugar a mediados de diciembre, cuando publicaron en las redes sociales un vídeo en el que diferentes miembros aparecían a cara descubierta borrando todas las pintadas independentistas de la Universidad Autónoma de Barcelona, una de las plazas más y mejor controladas por el separatismo radical. Tanto es así que esa iniciativa tuvo sus consecuencias 24 horas después, cuando un joven separatista se dirigió contra una carpa informativa de S’ha Acabat para increparles y amenazarles de muerte: «Cogeremos las pistolas y os reventaremos la cabeza, hijos de puta».
En este sentido, el propio Lago, que considera un éxito que la organización haya conseguido pasar de los 30 asociados a más de un centenar en menos de 100 días, reconoce que una de las mayores dificultades para ensanchar la afiliación es el clima, que disuade a quien se quiera unir al proyecto: «La gente sabe a lo que se expone». Así, además de esa acción en la UAB, también han ido desplegando carpas informativas en diferentes puntos del territorio catalán, principalmente en los campus universitarios para proyectarse. «La gente joven se interesa pero es complicado por dos razones: la asociación es nueva y necesita tener referencias; y, por otro, porque la gente sabe a lo se expone», reitera.
Asimismo, para conectar con el público joven están destinando grandes esfuerzos en las redes sociales, así como en el impulso de otro tipo de iniciativas más ambiciosas. En esta línea, Lago hace énfasis en la manera de comunicar: «Queremos aportar cosas alternativas, una forma de comunicar diferente, con un tono más positivo. Un mensaje bien elaborado brilla por sí solo». Para ir más allá, durante los próximos días anunciarán actos o conciertos rodeados de gente influyente como puedan ser «youtubers» o cantantes –algo que están trabajando y consensuando con los constitucionalistas–.
El propósito de organizar acciones de estas características y contar con personas influyentes está en reforzar algunos conceptos que han sufrido una intensa campaña de desprestigio por el independentismo: «Queremos poner de moda conceptos que el independentismo ha demonizado desde hace años, como por ejemplo la palabra España». «Dices España y te posicionan en el conservadurismo, la derecha y, cuando no, en el fascismo. Queremos poner de moda conceptos demonizados y que nadie se apropie de ellos», resume.
En todo caso, el objetivo de S’ha Acabat es cubrir un espectro social que Lago considera huérfano de organizaciones. «Varias de las personas habíamos estado en Joves de SCC durante años, pero vimos que nuestras posibilidades de avanzar en el proyecto de SCC eran complicadas y creímos que por nuestra cuenta podíamos realmente avanzar mucho más. Pero sobre todo, vimos que había un perfil joven que no se estaba aprovechando del todo», afirma.
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