Caridad

Se duplican en seis años las personas atendidas sin hogar por la ONG Arrels

La fundación benéfica muestra su gran preocupación por este fenómeno al alza.

El número de las personas que duermen sin techo en Barcelona se ha ido incrementando en los últimos años, pese a los esfuerzos de las diferentes administraciones.
El número de las personas que duermen sin techo en Barcelona se ha ido incrementando en los últimos años, pese a los esfuerzos de las diferentes administraciones.larazon

La fundación benéfica muestra su gran preocupación por este fenómeno al alza.

La fundación Arrels atendió el año pasado a 1.913 personas, un 50 por ciento más que hace cinco años, de las que 673 era por primera vez, según los datos de la memoria anual que hizo pública ayer la ONG, que desde que se creó en 1987 ha ayudado a 11.521 personas que malviven en la calle.

Los equipos de Arrels, que el año pasado abrió dos nuevos recursos de alojamiento de baja exigencia, visitaron en 2017 a 428 personas que viven al raso y ofrecieron alojamiento a 248. Según la memoria, un 89 por ciento de las personas atendidas fueron hombres, y únicamente el 11 por ciento mujeres.

Encuentro

En mayo de 2017, la Red de Atención a Personas Sin Hogar de Barcelona (Xapsll) organizó un recuento nocturno, en el que participó Arrels, para saber cuántas personas dormían al raso aquella noche en Barcelona y contabilizaron un total de 1.026, de las que 358 respondieron a una encuesta para conocer detalles de su vida. Actualmente, 61 personas sin hogar viven en pisos individuales de Arrels, que gestiona 79 pisos de alquiler.

Durante el año pasado, por los espacios de acogida de la fundación pasaron un total de 1.565 personas, un 70 por ciento más que hace cinco años. Un total de 689 personas utilizaron el servicio de ducha, 907 los servicios de ropa y 621 guardaron sus enseres en el servicio de consigna, un 50 por ciento más que el año anterior.

Además, Arrels ofreció el año pasado 70.783 comidas, hizo 2.220 acompañamientos al médico y asesoró jurídicamente a 79 personas, la mayoría por sanciones administrativas o asuntos de extranjería.

También ofreció apoyo psicológico a 38 personas, en terapias individuales y en grupo y acompañó en la muerte a 30 personas sin hogar que murieron el año pasado, con una edad media de 62 años.

La memoria hace constar que durante el año pasado Arrels contó con la ayuda de 397 voluntarios que han participado de forma continuada en servicios de atención y en tareas administrativas, de mantenimiento, sensibilización o comunicación, aunque el total de voluntarios de todo el año en acciones puntuales ascendió a 1.104.

Arrels contó el año pasado con unos ingresos de más de 3,3 millones de euros conseguidos con el apoyo de 4.364 socios y donantes y la colaboración de 234 empresas y entidades, además de la administración. La financiación de la ONG es en un 33 por ciento pública y un 67 por ciento privada.

Según la memoria, el 76 % del presupuesto se invirtió en atender directamente a las personas sin hogar, especialmente en cubrir necesidades de alojamiento y apoyo social (54,35 por ciento), en servicios de primera acogida (17,03 por ciento) y el taller ocupacional (4,71 por ciento).

La entidad recibió el año pasado cinco avisos diarios de vecinos advirtiendo de la presencia de personas durmiendo en la calle.

Más de un millar de personas, en concreto 1.026, estaban durdurmiendo en las calles de Barcelona en 2017. Los datos del recuento de los sin techo que se llevó a cabo por la Red de Atención a Personas Sin Hogar con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona, no invitaron al optimismo. A estas 1.026 personas hay que sumar las 1.954 que lo hicieron en equipamientos de entidades sociales y municipales y las 415 que pasaron estaban en en asentamientos irregulares. En total, 3.395. La cifra es alarmante y muestra como el panorama se ha agravado con el paso de los años: el número de sin techo casi se ha doblado desde el inicio de la crisis.

El primer recuento se efectuó en marzo de 2008. Entonces, los voluntarios detectaron 1.869 personas sin hogar (658 dormían en la calle, 955 en albergues y 256 en asentamientos). Tres años más tarde, en noviembre de 2011, la cifra era de 2.791 personas sin hogar (838 en la calle).