Arte, Cultura y Espectáculos
Todo el esplendor de Ramon Casas
El Museu del Modernisme de Barcelona presenta una completa exposición dedicada al pintor modernista
Todos los temas que forman parte del imaginario de Ramon Casas protagonizan desde ayer una completa exposición en el Museu del Modernisme de Barcelona. Se trata de una de las actividades más importantes en la conmemoriación del 150 aniversario del artista modernista.
«Ramon Casas. La vida moderna», que es como se titula la muestra, cuenta con un total de 122 obras, muchas de ellas inéditas o nunca expuestas anteriormente. Unas 40 proceden de los fondos, mientras que el resto proceden de instituciones como el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Mnac), Banc Sabadell, RACC, la Fundació Vila Casas o Codorniu, así como numerosas colecciones privadas. Óleos, carteles y dibujos, e incluso vehículos permiten reconstruir una de la carreras más internacionales del arte catalán modernista, con permiso de Gaudí.
La exposición, comisariada por Gabriel Pinós, galerista y estudioso de Casas, se divide en siete ámbitos que cubren la totalidad de temas que tocó el artista como observador de su tiempo.
Entre las joyas de la exposición destacan el espectacular óleo «Entrada a la plaza de toros de Madrid», de 1886, y que parece ligada con una tela fechada dos años más tarde, también con un eco de cronista: «Alfonso XIII inaugura las regatas».
Casas siempre estuvo íntimamente relacionado con la modernidad, como lo demostró con su nada oculto apoyo al automovilismo, tema que aparece en los dibujos «El deseo de un feliz año» o «La automovilista», así como en el cartel –desconocido hasta ahora– para la marca de neumáticos Pneu Klein.
Tampoco faltan los ejemplos de su participación en la revista «Pèl & Ploma», «Forma» o «Quatre Gats». Esta última publicación partió de la cervecería homónima regentada por Pere Romeu. En la exposición se recogen algunos de los carteles que hizo Casas para este establecimiento, así como los dibujos preparatorios para estas obras.
El artista fue uno de los mejores retratistas de la mujer, a la que viste como chulas y manolas con mantones y pañuelos en la cabeza o el cuello. Los carteles de Anís del Mono son un buen ejemplo de este hecho. Pero dentro de este camino de fascinación hacia la mujer brilla especialmente un nombre: Júlia Peraire, quien se convirtió en la musa, amante y, finalmente, esposa de Casas. En Júlia encontró el prototipo de su canon femenino. La representó de todas las maneras posibles, con vestidos elegantes o desnuda, incluso en sus vaciones en el monasterio de Sant Benet de Bages la visitió de monja y como tal la pintó.
El recorrido concluye con unos cuantos ejemplos del talento de Casas como uno de los mejores retratistas de la pintura catalana de todos los tiempos. En este sentido, se exhiben varios autorretratos en diferentes épocas, así como los que dedica al alcalde barcelonés doctor Bartomeu Robert, Josep Codina o el pintor sueco Anders Zorn.
Dónde: Museu del Modernisme de Barcelona. Balmes, 48.
Cuándo: Hasta el 8 de mayo.
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