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Tras el Año Nuevo Chino, mitos y leyendas de esta comunidad en Barcelona

Esta celebración permite a la ciudad acercarse a una cultura tan hermética como rica en tradiciones

Tras el Año Nuevo Chino, mitos y leyendas de esta comunidad en Barcelona
Tras el Año Nuevo Chino, mitos y leyendas de esta comunidad en Barcelonalarazon

Esta celebración permite a la ciudad acercarse a una cultura tan hermética como rica en tradiciones

Este fin de semana Barcelona acoge los actos de celebración del Año Nuevo Chino, dedicado al caballo, una de las fechas más importantes y tradicionales de la comunidad asiática, una festividad que aspira a convertirse en un evento participativo que actúe como punto de encuentro entre la cultura autóctona y la oriental. Este año, por primera vez, se ha conseguido organizar un evento unitario que cuenta con la participación de federaciones y asociaciones chinas de Barcelona y entidades locales.

Ppese a que Cataluña es la comunidad cutónoma que concentra al mayor número de chinos residentes en España, concretamente unos 50.000, los cuales además regentan numerosos negocios y comercios y, de esta manera, contribuyen a dinamizar la economía local, éstos no gozan de forma generalizada de la confianza y el respeto de los catalanes. En buena medida, ese rechazo o distanciamiento respecto a la comunidad china se explicaría por el desconocimiento de su cultura y su tradición muy herméticas y lejanas, lo que ha dado lugar a la creación de una serie de leyendas urbanas y falsas creencias que no han hecho más que denigrar a este colectivo de inmigrantes.

Se trata de una comunidad en la que está muy arraigado el ser propietario de los medios de producción, que la familia dependa de sus propios recursos y, por lo tanto, son poco amigos del trabajo asalariado. Así, no es de extrañar que cuatro de cada 10 chinos sean autónomos y tengan sus propios negocios. Asimismo, son personas discretas, a quienes no les gusta acudir a los bancos en busca de créditos o préstamos, por lo que, haciendo gala de su espíritu corporativista, suelen prestarse el dinero entre ellos e intercambiarse favores. De esta manera, los ciudadanos chinos tienen la posibilidad de abrir un negocio en un tiempo récord.

El carácter ahorrador y muy trabajador de estas personas explicaría la subsistencia de negocios en apariencia ruinosos, como los míticos restaurantes semivacíos que frecuentemente el imaginario popular ha relacionado con tapaderas de negocios mafiosos. Y es que las familias chinas cobran un sueldo único, toman decisiones grupalmente y se planifican a largo plazo, son muy ahorradores y laboralmente incansables. Mientras los españoles tenemos 38 días de vacaciones al año, ellos sólo disponen de siete.

Así, a día de hoy la actividad económica de esta población se ha diversificado y en la actualidad regenta locales de todo tipo, especialmente como mayoristas de zapatos, bolsos y complementos; locales de alimentación; bazares y otros como peluquerías o agencias de viaje. Por último, el hecho de que apenas existan registros funerarios de chinos muertos en España ha contribuido también a despertar la imaginación y sospecha de la población local. La explicación es sencilla: los chinos acostumbran a regresar a su casa una vez jubilados y aquellos que mueren en nuestro país son incinerados y enviados a China.

Ante este panorama, cualquier iniciativa destinada a acercar colectivos, parece muy apropiada. Y, en este sentido, la festividad del Año Nuevo Chino, dedicado al caballo en su particular horóscopo, puede ser una ocasión única.