Triángulo imposible

La conclusión favorable al diálogo con el Gobierno fue, según se ha informado oficiosamente, el resultado de la reunión que sostuvo el Govern el sábado en el que inicialmente está previsto desarrollar la cumbre entre los partidos políticos para abordar la grave crisis social y económica en la que estamos inmersos. Esa opción ha favorecido que en estos días previos al parón de Semana Santa se desate en Cataluña una gran agitación.

El acercamiento en todos los frentes posibles al Gobierno de Rajoy ha sido visto como una oportunidad para conseguir un relajamiento en las exigencias de contención del déficit público de forma paralela a dirección de la Comisión Europea. Y una oportunidad para confeccionar unos presupuestos de la Generalitat más realistas, que si tuvieran que ajustarse al dogmático 0,7 por ciento de déficit.

Esa orientación al diálogo acerca la realización de los presupuestos y con ella la estabilidad, pero la lectura de ERC, socios de gobierno de CiU, ha sido profundamente distante: amaga con no cumplir la parte menos agradecida de su pacto hacia la consulta soberanista. De ahí que el Govern haya propuesto la posibilidad de establecer un gobierno de unidad CiU, ERC y PSC, un triángulo imposible.

Hoy, a diferencia de cuando funcionaban los gobiernos de izquierda, ERC y PSC son incompatibles. El posicionamiento sobre la independencia es la causa. CIU no podrá conseguir sumar esas dos fuerzas al mismo tiempo. Si para incorporar a ERC se ratifica en línea del acuerdo soberanista, el PSC se excluiría. Por el contrario, si renuncia a esa hoja de ruta, quien excluiría sería ERC.