Barcelona
#TurismoFobia Cuatro encapuchados asaltan un bus turístico en Barcelona
Unos encapuchados obligaron a parar el autobús en las inmediaciones del Camp Nou para pincharle las ruedas y pintar el cristal delantero. El Ayuntamiento califica el incidente de «aislado» pese al aumento de estos episodios
Unos encapuchados obligaron a parar el autobús en las inmediaciones del Camp Nou para pincharle las ruedas y pintar el cristal delantero. El Ayuntamiento califica el incidente de «aislado» pese al aumento de estos episodios.
Barcelona aún está lejos de las brigadas antigentrificación de Berlín, donde los vecinos se organizan para apedrear inmuebles en protesta por el alza de los precios, pero la escalada de reacciones contra el turismo comienza a notarse. Cuatro personas que, según testigos, llevaban la cara tapada asaltaron el jueves un bus turístico que estaba parado frente al Camp Nou. Le pincharon las ruedas y pintaron en el cristal delantero: «El turismo mata los barrios».
El Ayuntamiento está recopilando toda la información para aclarar los hechos e interponer una denuncia. No obstante, defiende que se trata de un acto vandálico aislado y lo desvinculó de cualquier reivindicación vecinal. El concejal de Empresa y Turismo, Agustí Colom, negó que en Barcelona haya turismofobia. Sin embargo, presentaran la querella por los desperfectos y por la posible alarma social. Un turista holandés que iba en la parte de delante del vehículo y que viajaba con sus hijos relató a Rac1, fuera de micrófono, según la emisora, lo que sucedió el jueves, cuando los cuatro hombres impidieron que el autobús arrancara, pincharon un neumático y realizaron la pintada. Este hecho creó un gran malestar entre los viajeros, algunos de los cuales creyeron que se trataba de un ataque yihadista, según el turista.
No es de extrañar, pues, que el periódico británico The Independent sitúa a Barcelona entre las ocho ciudades que más odia a los turistas. Las pintadas contra los visitantes comenzaron a aparecer en la ciudad hace unos meses, concretamente en las inmediaciones del Parc Güell, las manifestaciones vecinales son cada vez más frecuentes e incluso algunos hoteles recién estrenados, como la Casa del Sol en el barrio de Gracia, amaneció sus primeras semanas con los cristales destrozados a pedradas. De hecho, el turismo se ha convertido, según el barómetro municipal, en el principal problema de los vecinos superando incluso al paro.
Al respecto, la síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, condenó «enérgicamente el ataque» y aseguró que «la violencia no es la solución a nada». También se sumaron a las críticas la mayoría de partidos de la oposición. El presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, aseguró ayer que «Barcelona es víctima de la turismofobia». Por ello, reclamó al gobierno municipal «que denuncie a los autores de estos altercados» y exigió que el Ayuntamiento «tome medidas para que estos incidentes encabezados por radicales no vuelvan a repetirse». El turismo es «fundamental» para la creación de empleo y la generación de ingresos, argumentó Fernández, quien consideró que si este sector «se ha convertido en un problema y no en una oportunidad es por la equivocada gestión de Ada Colau».
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