Una propuesta fiel al concepto andaluz

El Señorito apuesta por reproducir el tradicional tapeo andaluz adaptado a Barcelona y a partir de un producto excelente.

La gastronomía andaluza cuenta con un gran reconocimiento y acogida no sólo por su cocina y sus productos, sino por la filosofía y cultura que ésta transmite. Sin embargo, en Barcelona apenas existen restaurantes cuya oferta reproduzca fielmente este concepto y conscientes de ello hace medio año escaso, Ever Cubilla, chef del Espai Kru y uno de los chefs ejecutivos del Grupo Iglesias, y su pareja, Olesia Kuznetsova, inauguraron El Señorito.

«En el espacio que llamamos patio de picoteo la oferta se basa en el concepto de la gastronomía andaluza más canalla; es una reinterpretación de esa cocina del sur, porque no se puede ser tan radical y hay que adaptarla a Barcelona» explica Cubilla, quien en este sentido apunta que «pese a que el 70 u 80 por ciento del producto con el que trabajamos es andaluz, el resto es de aquí». «Usamos nuevas técnicas para buscar otro enfoque del producto», añade el chef y explica al respecto que «la cocina andaluza es muy directa y sin embargo en «El Señorito trabajamos con bajas temperaturas, añadimos productos fuera de la receta tradicional y, por ejemplo, usamos el wok para hacer las tortillitas de camarón cuando lo habitual es usar paelleras».

En cuanto al producto, no sólo es en su mayoría de origen andaluz, sino que además éste es garantía de máxima calidad, algo que en parte es posible gracias a la relación de este establecimiento con el Grupo Iglesias, ya que ello «permite arrastrar los mismos proveedores».

Y con todo ello, este restaurante ofrece una amplia carta con propuestas como el jamón de bellota o los chicharrones como picoteo; las croquetas de choco, el salmorejo de Córdoba o las papas aliñás a modo de tapeillo; los fritos del mar como el cazón de adobo o la tortilla de camarones; molletes clásicos como el de «pringá» y otros de autor como el de costilla ibérica con salsa al whisky; y el marisquito «cocío» o placha.

Pero en «l Señorito la apuesta por reproducir fielmente la cocina andaluza no sólo pasa por los fogones, sino que además éste restaurante cuenta con 24 referencias de Jerez, varios vinos tranquilos y rebujito «para intentar redondear el concepto», algo que se materializa con éxito también a través de la ambientación y decoración del establecimiento.

Aires del sur

Así, el espacio de la entrada reproduce el típico patio cordobés, con azulejos y macetas en sus paredes, una virgen presidiendo la sala y mesas y sillas de hierro como mobiliario. Por su parte, la barra de mármol que limita este espacio pretende evocar la típica barra sevillana y por ello reproduce imágenes de lugares emblemáticos de la capital hispalense. Además, en un futuro cercano, Ever y Olesia tienen previsto abrir al público otros tres espacios más dentro del restaurante.

En este sentido, la terraza exterior, que está a expensas de lograr la autorización pertinente para iniciar su actividad, simulará la típica caseta de feria andaluza, mientras que el salón interior es un patio de botas, con la base de toneles de vino suspendidos de las paredes, aunque el concepto gastronómico que se desarrollará en este espacio está aún por definir. «Todavía no está abierto al público, pero en él en una segunda etapa estamos pensando en ofrecer una cocina del interior de Andalucía», avanza el chef y propietario. El quinto espacio, situado al fondo del establecimiento, acogerá en un futuro próximo una coctelería, bautizada con el nombre de Puerto Sherry.

En cualquier caso, en el restaurante Señorito, Ever y Olesia han apostado por reproducir el clásico concepto de restauración andaluza no sólo por la atracción que sienten hacia este tipo de cocina, sino porque además consideran que «es una forma de transmitir la alegría andaluza constante, que la gente se relaje, deje sus preocupaciones atrás». Y en este sentido, a partir del mes de marzo la idea es celebrar espectáculos en directo todos los domingos, que instaurarán como el día del cliente, como flamenco.