Literatura

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Una voz autodidacta

La colección de poesía de Somos Libros recupera la obra poética de la escritora francesa Marceline Desbordes-Valmore

La escritora francesa fotografiada por el célebre Nadar
La escritora francesa fotografiada por el célebre Nadarlarazon

No lo tuvo fácil, como le sucedió a no pocas mujeres de su tiempo. Sin embargo, Marceline Desbordes-Valmore consiguió llegar a ser una voz lírica incuestionable, algo que sabían paladares literarios tan exigentes como los de Arthur Rimbaud o Paul Verlaine. Ahora un libro recupera sus versos abriendo la colección de poesía de Somos Libros. «Poemas elegidos» llega en edición bilingüe, con prólogo de Pere Gimferrer y traducción de Valèria Gaillard, además de reproducir algunos documentos autógrafos de la autora.

Pero, ¿quién era Marceline Desbordes-Valmore? Sí, era escritora, pero también fue pintora y cantante de ópera, un nombre que se movió al margen del Romanticismo francés. Verlaine la incorpora en su «Los poetas malditos» asegurando que «Marceline Desbordes-Valmore es digna por su oscuridad aparente, y también absoluta, de figurar entre nuestros Poetas Malditos, y es para nosotros, desde luego, un deber imperioso hablar de ella lo más extensamente que podamos y con el mayor detalle». Hagámoslo y veremos que su vida no fue nada fácil desde la misma infancia perdiendo pronto a su madre durante un accidentado viaje.

Fue pronto, a los dieciséis años, cuando empezó a subirse a los escenarios, convirtiéndose en actriz y cantante operística. Fue precisamente de la mano de las artes escénicas que conoció al actor Prosper Valmore, quien fue su marido y padre de sus tres hijos. Pero Desbordes-Valmore incluso tuvo un amante, Henri de Latouche, un escritor francés que ayudó a Balzac y George Sand en los inicios de sus carreras.

En 1818 apareció el primero de los libros de la autora, «Élégies et Romances». Un poco más tarde, en 1823, abandonó su carrera teatral para dedicarse en exclusiva a la literatura, consiguiendo incluso el respaldo de Balzac. De formación autodidacta, supo construir una voz propia que, además de la lírica, también probó fortuna en la narrativa escribiendo cuentos para niños o la novela de corte autobiográfico «L’atelier d’un peintre: scènes de la vie privée».

Ella es sinónimo de modernidad, algo que ratifican Baudelaire y Rimbaud. En su prólogo, Gimferrer recuerda que el autor de «Las flores del mal» «firma una reseña excelente, en la que reconoce que, tratándose de una poesía que aspira casi a lo contrario de la suya, le es imposible no admirarla». Por su parte, el joven autor de «Una temporada en el infierno» no parece que dejara escrito alguno sobre la escritora. Sin embargo, Gimferrer nos señala que hay dos aspectos fundamentales para saber el entusiasmo de Rimbaud: «el testimonio personal de Verlaine, según el cual Rimbaud le hizo leer a nuestra autora al llegar a París, y el dato –registrado ya en la clásica biografía de Rimbaud por Enid Starkie– de que la madre del adolescente Rimbaud estba suscrita a una publicación que editaba Desbordes-Valmore, y que sin duda leyó el poeta en su Charleville natal».

Valèira Gaillard ha sabido traducir al castellano el espíritu de una poeta fascinante alejada de las modas. Sus temas son el amor, la noche, la inconstancia, las cartas, el presentimiento, las amistades, la separación o el alma errante. En «El día perdido» podemos leer: «Aquí estoy... ¡apenas respiro!,/Una hoja me intimidaba;/el rumor de un arroyo me alarmaba;/¡Ya te veo!... ¡Estoy sin aliento!/Espera... hoy creía/no poder respirar cerca de lo que amo./ Me sentía morir, en este tormento extremo,/de tu dolor y de este hastío mío».

Por cierto, este libro sirve para inaugurar la colección «Mitades de gota», bajo el cuidado de Lídia Penelo. Bajo el espíritu de Juan Ramón Jiménez –quien decía que «la poesía es un intento de aproximación a lo absoluto por medio de los símbolos»–, esta colección tiene previsto publicar la poesía de Concha Méndez Zinaida Hippius y Antonia Pozzi. Es decir, hay poesía para rato.

«Poemas elegidos»

M. Desbordes-Valmore

Somos Libros.

120 págs.,

14,95 eur.