Zeynep Oral: «Si no existe la libertad de expresión, no existe ninguna libertad»

La escritora y activista turca Zeynep Oral recibió ayer el VII Premi Internacional Veu Lliure-PEN Català. La autora aceptó el galardón como una gran muestra de solidaridad a todos los encarcelados, así como periodistas y escritores que sufren la persecución de lo que ella definió como el autoritarismo del Estado turco.

La escritora y activista turca Zeynep Oral recibió ayer el VII Premi Internacional Veu Lliure-PEN Català. La autora aceptó el galardón como una gran muestra de solidaridad a todos los encarcelados, así como periodistas y escritores que sufren la persecución de lo que ella definió como el autoritarismo del Estado turco. «Si hay una persona en la prisión de forma injusta, yo también estoy. Todos estamos en la cárcel», aseguró ayer Oral.

La escritora, que ayer ofreció la conferencia «Autoritarismo y censura» en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), dentro del ciclo «Turquía, en los márgenes de Europa», lamentó que diez de los trabajadores y colaboradores de su periódico «Cumhuriyet» están encarcelados sin razón. «Ellos nunca han tocado un arma y nunca han estado implicados en actos de violencia. Tienen distintas visiones y están acusados de terrorismo», afirmó Oral, que dijo que estas diez personas forman parte de los 144 colaboradores, escritores, periodistas y editores encarcelados en Turquía actualmente.

Según Oral, «si no existe la libertad de expresión, no existe ningún tipo de libertad ni derechos humanos ni creatividad ni conciencia de la realidad, plataforma de diálogo, visión de futuro ni perspectiva de realidad». Por ello, la periodista manifestó una gran decepción con la Unión Europea, Estados Unidos y el mundo occidental, llegando a acusar a la UE de actuar con «hipocresía» en relación al anhelo turco de formar parte de la Unión. «Hemos recibido demasiada humillación por parte de Europa, y hemos sido empujados al radicalismo», aseguró la activista.

En este sentido, Oral pidió a Europa que apoye a la gente que se encuentra en la cárcel, y que se convierta en la voz de quienes no pueden hablar porque «hay miedo». «Yo no siento miedo cuando escribo, pero sí rabia, furia y tristeza», aseguró.