Arévalo y Osborne tienden su humor en el Olympia

El humorista Paco Arévalo y el presentador y cantante Bertín Osborne se convierten de nuevo en «los mellizos» con el espectáculo «Por humor al arte», que está en cartel desde ayer y hasta el próximo 4 de octubre en el Teatro Olympia. Para los actores ésta es su función «más surrealista» de todas las que han hecho juntos y con ella quieren volver a demostrar su «complicidad» dentro y fuera del escenario.

En la obra, adelantaron, hay canciones, mucho humor «pero pocos chistes» y multitud de sorpresas e imprevistos. En la función Osborne se convierte en doña Inés, mientras que el humorista valenciano da vida a Don Juan Tenorio ofreciendo así una parodia del clásico del siglo XIX.

Arévalo explicó que en sus espectáculos anteriores estaban «construyendo algo», mientras que en este es como si «la obra ya estuviera acabada».

Ambos llevan trabajando juntos mucho tiempo y eso se materializa en la relación tan cercana que tienen, «no hemos discutido ni cinco minutos en todos estos años», señaló el presentador. Esta buena sintonía se debe a las aficiones que comparten fuera de las tablas, entre las que mencionaron los toros. Sobre la polémica suscitada alrededor de la fiesta nacional, Arévalo se declaró ser gran aficionado a las corridas y Osborne aseguró que es una especie «que se extinguiría» si no existieran las corridas de toros. Así mismo añadió que es el único animal que existe que puede «matar al que le está matando».

El cantante apostilló sobre la polémica de los signos nacionales que España tiene unos signos de identidad que no «son los de Dinamarca», siendo estos «desde los toros, la paella, los museos, hasta la playa» y continuó asegurando que parece que «somos el único país que se avergüenza de sus signos».

Los artistas también manifestaron su opinión sobre el Impuesto del Valor Añadido de la cultura, a lo que Osborne manifestó que él pensaba que se tenía que estudiar «una rebaja de este impuesto de manera colectiva», no solo al sector cultural y añadió que si él «fuera fontanero, le molestaría que no se rebajase también». Por su parte Arévalo se mostró más conciso y quiso dejar claro que para él si que habría que bajarlo directamente.