Valencia

Breve guía para prevenir sustos de verano

Las vacaciones son para disfrutarlas, aquí van algunos consejos de salud para evitar males mayores

Comprar las gafas de sol en tiendas especializadas, vigilar el estado de los alimentos que ingerimos y protegerse del sol son algunas de las recomendaciones de los expertos para evitar acabar en urgencias
Comprar las gafas de sol en tiendas especializadas, vigilar el estado de los alimentos que ingerimos y protegerse del sol son algunas de las recomendaciones de los expertos para evitar acabar en urgenciaslarazon

Las vacaciones son para disfrutarlas, aquí van algunos consejos de salud para evitar males mayores

Verano. Ahora sí. Sol, calor, tardes de terrazas, piscina o playa, vacaciones... El verano son muchas cosas; si hay suerte, la mayoría son buenas. Y para que las malas no nos agüen la fiesta es conveniente tomar una serie de precauciones, porque una mala ensaladilla o cuatro horas sobre la toalla pueden convertir estas fechas en días para borrar de la memoria.

Los ojos, la piel y el estómago son los tres órganos que hay que proteger con especial cuidado durante estos meses. Empecemos con los ojos. La mayor exposición a la radiación ultravioleta (UV) propia de los meses estivales es un factor de riesgo para la salud visual. Tal y como recoge un estudio publicado por la revista científica Jama Ophthalmology1, por cada hora de exposición solar en verano se incrementa un cuatro por ciento la posibilidad de desarrollar alteraciones en la visión. Por esta razón, es más importante que nunca extremar las medidas de protección, entre las que destaca el uso de gafas de sol con cristales homologados.

Sin embargo, tal y como alerta el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, el 30 por ciento de las gafas de sol compradas en España no cuentan con ningún tipo de control sanitario, porcentaje que sufre un especial repunte durante la época estival.

Por ello, los especialistas recomiendan elegir el color en función del uso y las características visuales del usuario. El color marrón mejora el contraste, reduce el cansancio y el deslumbramiento y es una buena elección para los miopes. El verde produce poca alteración en los colores, es especialmente adecuado durante la realización de deportes náuticos y está principalmente indicado para hipermétropes. El gris es el que menos altera la percepción de los colores naturales y es el más acertado para la conducción.

También aconsejan asegurarse de su comodidad y mayor protección (tamaño, forma y ajuste adecuado); tener especial cuidado con los niños, ya que necesitan una protección mayor (lentes con categoría de filtro 3 o 4, polarizadas o con melanina) y adquirirlas en un centro homologado.

Cuando calienta el sol

En cuanto a la piel, las cremas de protección solar son una herramienta imprescindible para prevenir el cáncer. «Utilizar una crema con un nivel de protección alto disminuye considerablemente el número de melanomas», recuerda al respecto Eduardo Nagore, dermatólogo y coordinador nacional de la campaña Euromelanoma 2019. Desmonta también los falsos mitos que hay en torno a la «peligrosidad» de las cremas solares. Los mismos que creen que vacunar es peor que no hacerlo son los que opinan que los supuestos tóxicos de las cremas son peores que los daños que provoca el sol. Bulo.

La mejor protección solar es la ropa; después, las cremas. De ahí la importancia de aplicarlas bien: al menos media hora antes de la exposición solar e ir renovándola al menos cada dos horas. El nivel de protección debe ser alto. Si nos quemamos, el daño para la piel es irreversible y sus consecuencias pueden surgir años después.

En la Comunitat Valenciana se diagnostican cada año más de 500 nuevos casos. El ochenta por ciento de ellos podría evitarse con una protección adecuada.

¡A la mesa!

Con los deberes bien hechos, nos sentamos a la mesa. Lejos de ser pájaros de mal agüero hay que vigilar lo que comemos. La ingestión de alimentos contaminados con agentes biológicos o sus toxinas pueden estropearnos el día en el mejor de los casos, o llevarnos a los servicios de urgencia en los peores.

Ejemplos de infecciones serían la salmonelosis y la hepatitis A; de intoxicaciones por ingestión de toxina preformada, el botulismo y la gastroenteritis por enterotoxina estafilocócica y de las parasitosis, la triquinelosis y la anisakiasis.

Desde el Ministerio de Sanidad recuerdan que los meses de verano constituyen una época especialmente crítica, porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos. Asimismo, en esta época hay una mayor tendencia a comer fuera de casa. Por ello, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recomienda la observación de las siguientes normas, basadas en las Reglas de Oro para la preparación higiénica de los alimentos de la Organización Mundial de la Salud. La adopción de estas sencillas precauciones evitará numerosas enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos.

Recomendaciones

Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente (no se debe consumir leche sin tratamiento térmico (leche cruda). Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. En los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de mayonesas, salsas, cremas, etc.

También hay que cocinar correctamente los alimentos (la temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70º C en el centro del producto) y consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados. Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60º C, o del frío, a 5º C como máximo.

Se recomienda calentar suficientemente los alimentos cocinados (no siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si decide hacerlo, caliente dichas sobras a la temperatura máxima antes de consumirlo).

También hay que evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados (el trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación), al igual que asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.

Asimismo, habrá que mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía y utilizar exclusivamente agua potable y no consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.

Hay muchas más cosas que se pueden hacer para impedir que el verano de 2019 sea recordado como aquel en que acabamos en urgencias por una tonta imprudencia. La mayoría de ellas son de sentido común, así que ahora toca relajarse y disfrutar de las vacaciones. Feliz verano.