Valencia
Comercios y hostelería piden compensaciones a Ribó por los efectos de las medidas de seguridad
Denuncian que mientras a ellos se les restringe la actividad, otros hacen su agosto en marzo
R. P. - Los comerciantes y hosteleros con negocios ubicados en las inmediaciones de la plaza del Ayuntamiento de Valencia pedirán compensaciones económicas al Gobierno de Joan Ribó por los perjuicios económicos derivados de las medidas de seguridad implantadas este año y que han impedido el acceso de los clientes. Según informó ayer la Federación Empresarial de Hostelería Valenciana (FEHV), «si estas medidas han llegado para quedarse, habrá que buscar compensaciones económicas».
El enfado en el sector es monumental. «Un año más las Fallas vuelven a sembrar el desconcierto, a minar la imagen de la ciudad y atacar el patrimonio». Los comerciantes están enfadados porque se les ha impedido trabajar, «quedando aislados en algunos casos, obstaculizando sus escaparates y desviando los flujos peatonales. Para el comercio, marzo, se convirtió ya hace años, en el mes más nefasto de ventas»; y los hosteleros están enojados por «la falta de respeto y el trato discriminatorio» hacia ellos.
Denuncian que mientras a ellos se les restringe la actividad comercial, otros hacen su agosto en marzo. En concreto, el sector critica la proliferación de las «food truck» (vehículos, normalmente furgonetas y camionetas, que vende comida popular) en espacios en los que a ellos se les veta.
De su lado está el grupo municipal de Ciudadanos, que ayer anunció que pedirá compensaciones tributarias para los empresarios afectados por «lucro cesante». El portavoz de esta formación, Fernando Giner, avanzó que presentarán una moción para solicitar la compensación de los hosteleros que «colaboraron con las medidas de seguridad» y posteriormente se vieron afectados por la venta ilegal que se produjo frente a sus comercios. «Estos empresarios han apoyado la fiesta y las medidas de seguridad necesarias con solidaridad. Su negocio es estacional; Fallas es un momento fuerte; y es imperdonable que se produjesen casos de venta ilegal de bebida o comida o que la calle estuviese sucia y con malos olores cuando volvían a colocar sus terrazas».
Sin embargo, Ribó subestimó las protestas de los hosteleros y dijo que se trata que «críticas recurrentes» y unos años son los manteros y otros las «gastronetas y la venta ambulante». Defendió que «las food truck no se han inventado para las Fallas», sino que proliferan en cualquier ciudad que celebra fiestas. «De alguna manera se ha de controlar, pero se ha de entender que son mecanismos normales y que las propias fallas piden que aparezcan en sus entornos».
De su lado, el concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, quien ayer destacó la «convivencia» entre el mundo fallero y el resto de valencianos y dijo que se mantendrá «el camino del diálogo iniciado este año con los agentes implicados en la elaboración del bando de Fallas». Sin embargo, los hosteleros opinan que si bien se han logrado avances sobre el papel en el Bando Fallero, el incumplimiento reiterado del mismo lo convierten en papel mojado. «En injusto y totalmente incongruente con los propios establecimientos de la ciudad. Queremos, que la Ordenanza de Venta No sedentaria no quede anulada por el Bando Fallero y que las sanciones que se establecen en el Bando se ejecuten».
Asimismo, consideran que «hay que efectuar una importante reflexión sobre cómo ha evolucionado la fiesta, y valorar si lo importante es la calidad de los monumentos, más que la cantidad, y ello debiera evolucionar a una racionalización del número de comisiones que pasara por impulsar la fusión de algunas de ellas lo que resolvería además problemas de financiación».
✕
Accede a tu cuenta para comentar