Convivir con universitarios combate la soledad de los ancianos

Combatir la soledad de las personas mayores a través de la convivencia en su propia casa con jóvenes estudiantes de la Universidad de Alicante (UA). Éste es uno de los objetivos del programa «Alojamiento Solidario» que desde hace un par de años está desarrollando el centro educativo y que cuenta ya con diversos casos de éxito.

Uno de ellos es el de Lyvia Mendes, una estudiante brasileña de 29 años del máster en Tecnologías del Agua de la UA, y Enriqueta Pastor, una mujer de 84 años originaria de Elche y residente en Alicante prácticamente toda su vida.

Tras más de nueve meses de convivencia, ambas aseguran ser como una familia, haciendo juntas las tareas domésticas, la compra o cocinando, siempre y cuando la salud de Enriqueta lo permite. «Tan mayor y nunca había tenido extraños en casa, jamás hubiera pensado que podía ocurrirme algo así; Lyvia es como una hija más para mí», resaltó Enriqueta.

Su historia comenzó cuando la estudiante se enteró del programa a través de la web de la universidad y rápidamente se puso en contacto con los responsables para ofrecerse voluntaria.

«Estaba viviendo en una residencia de estudiantes, pero me aburría y me sentía sola porque en mi casa siempre hay mucha gente», explicó Mendes.

El equipo de este programa, encabezado por su coordinadora y trabajadora social, Irene García-Navas, se puso manos a la obra con el estudio de perfiles que realizan siempre antes de poner en contacto a estudiantes con ancianos, como en este caso, o con personas dependientes funcionales o mujeres con cargas familiares.

«Lo que valoramos, además de los perfiles de cada uno, son las ganas de enriquecerse con esta experiencia; que valoren aspectos como la convivencia o la tranquilidad en sus estudios», detalló García-Navas.

También resaltó que todos los participantes mantienen un seguimiento por parte de los técnicos del Centro de Apoyo a los Estudiantes, organismo que se encarga del programa, y que cuentan con la colaboración de profesionales socio-sanitarios de asociaciones o centros de salud que les proponen, en muchas ocasiones, perfiles aptos para participar.

Desde la organización insistieron en que el éxito del programa no se encuentra en la cantidad de las parejas participantes, sino en la calidad de la convivencia de las mismas.