Acoso escolar
Cuentos y rimas contra el acoso y la marginación en las aulas
Raquel Ibáñez publica «Mostrencos» para luchar contra esta lacra
«Nunca feo le digáis a quien parezca horroroso. Podría ser doloroso, aunque no lo pretendáis». Son algunas de las rimas que aparecen en la serie de cuentos los «Mostrencos», creados por la valenciana Raquel María Ibáñez para luchar contra el acoso y la marginación en las aulas.
Farmacéutica de formación pero «educadora por pasión», Ibáñez ha creado una serie de libros de cuentos con rima para enseñar a los niños mensajes relacionados con los valores humanos, la igualdad o el respeto, y en contra de la homofobia o el acoso escolar.
«El profundo rechazo a la marginación en las aulas, a los educadores que miran para otro lado o a los padres que niegan la realidad de sus hijos» fue lo que le llevó a escribir algunos cuentos, para «hacer llegar estos mensajes a los niños».
El resultado es la saga de los «Mostrencos», formada por tres libros de cuentos, en los que priman estos valores aunque tiene otras obras que «simplemente son historias en rima divertidas de enanos y hadas».
La escritora destaca el cuento «Eres más feo que Picio» del «Baúl de los Mostrencos», en el que se puede leer: «Nunca feo le digáis a quien parezca horroroso. Podría ser doloroso, aunque no lo pretendáis», con una carga contra el acoso escolar con la que pretende «trasmitir que no se metan con el aspecto físico de otros niños del colegio».
Como relata Ibáñez, esta historia se basa en su propia experiencia de cuando era el «patito feo» en el colegio. «Si eres la gordita de la clase y la marginada es algo que no se olvida y, por eso, es una situación que me supera».
«En este cuento trato de decirles que nunca deben juzgar a una persona por su aspecto físico», explica y cuenta la metáfora de «la trucha valiente que vivía en el río y un día se mete en el mar porque quiere explorar, como un gay que quiere salir del armario».
La autora ha creado un modelo educativo innovador cuya base son cuentos rimados que trasmiten mensajes con moraleja y que, según dice, «contribuirán a la educación de los niños porque la rima es fácil de memorizar, como una canción».
«No puedo decir que soy poeta, sólo escribo cuentos rimados o historias narradas en verso. Más que escritora me considero educadora porque intento instaurar valores casi olvidados en las mentes infantiles». Raquel Ibáñez considera que es su «granito de arena para conseguir que los niños sean más abiertos, que no se metan con los demás y que valoren a las madres».
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