Diseño

Desarrollan envases biodegradables a partir de desechos de pan y bollería

Aimplas desarrolla bolsas y bandejas biodegradables para productos de panadería fabricadas a partir de los residuos generados por la propia industria

El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) ha desarrollado una nueva generación de bolsas y bandejas biodegradables para productos de panadería fabricadas a partir de los residuos generados por la propia industria, según ha informado el instituto en una nota de prensa.

Los mejores resultados del trabajo, desarrollado en colaboración con otros centros y con el apoyo de empresas como Panrico y Grupo Siro, se han obtenido en el envasado de pastas y mantecados, en los que el nuevo material se comporta igual que el plástico convencional con la ventaja de que es biodegradable.

Según ha explicado la investigadora principal del proyecto en Aimplas, Rosa González, los expertos buscaban un polímero hecho a partir de las cortezas de pan de molde y restos de bizcochos que pudiera ser luego utilizado en la conservación de estos productos y fuera biodegradable, "para así cerrar el ciclo".

Con esa idea arrancó el proyecto europeo denominado BREAD4PLA, financiado por el programa de la Unión Europea LIFE+, que, iniciado en 2011, ha finalizado ahora con éxito.

También han participado en el mismo investigadores del Centro Tecnológico de Cereales (CETECE) de España, el Instituto de Agricultura Leibniz-Institut für Agrartechnik Potsdam-Bornim e.V.-ATB de Alemania y el Biocomposites Centre de la Universidad de Bangor de Inglaterra.

Las empresas participantes en el proyecto han obtenido ácido láctico a partir de la fermentación de cortezas y residuos de pan de molde y bizcochos.

A partir de este compuesto, se ha obtenido ácido poliláctico (PLA), que permite fabricar un film con el que elaborar bolsas y bandejas para diferentes productos del sector de la panadería y bollería.

Los nuevos envases presentan unas "propiedades barrera"al oxígeno y al vapor de agua características que los hacen especialmente útiles para el envasado de pastas y mantecados, consiguiendo una vida útil de doce meses, igual a la de los envases tradicionales de estos productos, como son los envases de polipropileno (PP).

Otra ventaja que presentan respecto a los envases tradicionales es que reducen la tendencia a ponerse rancios de los productos envasados y, desde el punto de vista medioambiental, son biodegradables y compostables, respetuosos con el medio ambiente.

Según sus impulsores, el nuevo envase otorga "valor"a residuos de la industria de la panadería y la bollería que hasta ahora "solo se empleaban en alimentación animal, principalmente", y que ahora pueden ser reutilizados por la misma industria de la que proceden.